La gran mayoría de los niños en México no hace deporte

El estereotipo de los niños es el de juguetones, traviesos, imparables, activos. Sin embargo, en México, son pocos los que logran canalizar su vivacidad en una actividad física constante, regulada, estandarizada. Esto, aunado a los malos hábitos alimenticios, han delineado uno de los datos más alarmantes que encara la salud en el país: el primer lugar mundial en obesidad infantil.

Varios estudios de instituciones públicas sustentan el precario estado de la salud infantil en nuestro país. El diagnóstico del Programa S269 de Cultura Física y Deporte, elaborado por la CONADE, encontró que el grupo de edad de 12 a 19 años usa solo el 1.41% de su tiempo libre en hacer deporte o algún ejercicio físico; ese rango es, precisamente, el que mayor porcentaje recaba. La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición más reciente, levantada en 2012 por la Secretaría de Salud, arrojó entre los niños niñas de 5 a 11 años de edad, un 36.9% padece problemas de peso: 19.5 tiene sobrepeso y 17.4, obesidad (Felipe Calderón, entonces presidente de México, estimó, en 2012, cuatro millones y medio de niños). El dictamen de la CONADE no es nada halagador: "El bajo nivel de actividad física en niños, jóvenes y adultos así como el cambio de estilo de vida en años recientes ha generado distintas problemáticas para el sector salud".

La Organización Panamericana para la Salud ya tiene desde 2016 a México como el primer lugar en obesidad infantil. Para ahondar en las causas, la Cámara de Diputados divulgó un estudio denominado “Situación de la Familia y la Infancia en México” que reveló que de 752 menores de entre 5 y 18 años de edad encuestados, el 60% no realiza ningún deporte en equipo; y el 64%, ninguna actividad física.

Millones de pesos han sido gastados por gobiernos federales de distintos signos políticos en programas de salud y de incentivo de la educación física, como la decisión de la Cámara de Diputados de nombrar al 6 de abril como el Día del Deporte, la Actividad y la Salud. De hecho, la Ley de Cultura Física y Deporte delega en la CONADE y en las federaciones bajo su amparo la competencia de garantizar e incentivar la práctica del deporte como política de salud pública. Sin embargo el panorama requiere de muchas más herramientas.