Pruebas de amor y confianza

"No existe el amor sino las pruebas de amor”. Esta frase ha sido atribuida a muchos escritores, pero se ha quedado en un anónimo a la hora de citar a su genial autor. Es una pena porque me parece llena de sentido y una base sana para la reflexión. Aplicándola al fútbol, deberíamos usar las palabras ‘afecto’, ‘cariño’ o ‘confianza’. Y es seguramente esa última la que más conviene para explicar la relación que hay entre un entrenador y un jugador. Así que podríamos decir que “no existe la confianza sino las pruebas de confianza”. Ahí estamos con el tan espinoso “caso Keylor Navas” que no parará de animar los debates, también internos al Madrid, hasta que el portero costarricense recobre la brillantez y la seguridad de la temporada pasada. “Lo vemos regular desde hace tantos meses que pensamos que, a lo mejor, el año pasado actuó más allá de sus posibilidades y que su verdadero nivel es el actual”, me contaba hace poco una persona del club.

Después del partido muy limpio que realizó Kiko Casilla frente al Alavés y sus excelentes salidas por alto era legítimo preguntar a Zidane por sus intenciones respecto a la portería. Porque el temor a nuevos fallos en estas decisivas semanas circula, con razón, en el seno del madridismo. El míster simbolizó la confianza que tiene en el guardameta tico afirmando que es el número uno, a pesar del buen momento del número dos. Pero esta confianza sólo existirá formalmente con la única prueba que vale y esa se llama “titularidad” contra el Atlético, el Bayern y el Barça. Les puedo asegurar que Zizou lo tiene muy claro...