REAL MADRID | LA INTRAHISTORIA

Ramos, compromiso de líder

Sergio pasó del hospital a la batalla de San Mamés en sólo 40 horas. En Bilbao formó pareja con Nacho y realizó un gran papel.

Sergio Ramos junto a Raúl García.
FELIPE SEVILLANO
Tomás Roncero
Nació en Villarrubia de los Ojos en 1965. Subdirector de AS, colaborador del Carrusel y El Larguero y tertuliano de El Chiringuito. Cubrió los Juegos de Barcelona 92 y Atlanta 96, y los Mundiales de Italia 90, EE UU 94 y Francia 98. Autor de cuatro libros: Quinta del Buitre, El Gran Partido, Hala Madrid y Eso no estaba en mi libro del Real Madrid.
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El pasado jueves por la noche, Sergio llamó a los médicos del club para decirles que no aguantaba más. Una gastroenteritis aguda le tenía frito desde hacía un par de días. Se fue al Hospital Sanitas-La Moraleja y le inyectaron suero. Cualquier otro jugador en su situación, habría hablado con Zidane y le habría pedido descansar en Bilbao. Pero entonces no sería Ramos. Ni llevaría el brazalete del Real Madrid con el orgullo que él lo luce y defiende. El viernes fue a entrenarse a Valdebebas y, en vista de que Pepe y Varane se quedaban fuera de la lista por sus problemas físicos, le dijo a Zizou que contase con él para el partidazo de Bilbao.

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En San Mamés formó pareja con Nacho, el conejito Duracell de la plantilla (el canterano nunca se lesiona, siempre está y no baja de notable alto). Ramos, fiel a una cita con media Liga en juego, ganó ocho duelos ante fieras como Raúl García, Aduriz y Williams, recuperó cinco balones, casi marca un gol (un remate en plancha de cabeza que salió fuera por poco), dio bien el 80% de los pases que firmó, forzó dos faltas... ¡y no hizo ninguna!

Eso es un capitán con mayúsculas. Si algo le duele se infiltra para ayudar al equipo (me recuerda a Raúl, otro gran capitán). Sergio pasó del hospital a la batalla de San Mamés en sólo 40 horas. Un león...

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