Decía Pepe Mel en la previa que ganar un derbi te encumbra y perderlo, te manda al punto de partida. Puede que no tanto, pero lo cierto es que el Celta se dio el gustazo de ganar en el campo del eterno rival, terminar con el ‘efecto Mel’ y cerrar su semana fantástica acercándose a la séptima plaza. Para que la fiesta visitante fuese total, el gol de la victoria fue de Iago Aspas, que este año ha pasado de vivir un calvario en los derbis a ser el rey de los clásicos gallegos.
Con todo, el partido fue plano, pobre en gran parte del encuentro. De hecho, toda la pasión que se vivió en la previa con mosaico, himno y demás, se convirtió en sopor en cuanto comenzó a rodar el balón. Baste decir que en los primeros 40 minutos lo más destacable fue la desafortunada lesión de Guidetti al golpear a Borges. El balón era propiedad del Celta, que no podía con entramado defensivo de Mel. Y cuando lo recuperaba el Depor, faltaban ideas en un once de músculo y escasa creatividad.
Sin embargo, a cinco minutos del descanso el derbi se encendió. Lux salió mal y Aspas estuvo cerca de aprovecharlo; Bergantiños ganó la espalda de la defensa celeste, pero en lugar de disparar buscó un pase de la muerte que acabó en córner; Wass sorprendió en una contra, pero su disparo no tanto.
La emoción creció a los diez segundos del segundo acto, cuando Roncaglia golpeó al aire y dejó solo a un Borges que no pudo con Sergio con todo a favor. La jugada fue una escaramuza, no una declaración de guerra, porque el partido regresó a la planicie hasta que apareció Iago Aspas a un cuarto de hora del final. El de Moaña, que se sacó un peso de encima en Balaídos en la ida al estrenarse en un derbi con un doblete, mató a Lux en el área pequeña a placer tras el error de Albentosa. Acto seguido, enseñó el escudo a la grada blanquiazul. Héroe en Vigo, enemigo público en A Coruña. Puro derbi.
La consecuencia del gol fue la lógica: un Depor desesperado a por el empate, un Celta sin prisa esperando el final del partido. Normal, porque al marcador a favor se unía el palizón del jueves en Rusia en la Europa League. Y los de Berizzo resistieron a un Depor que puso durante los 90 minutos corazón y poco fútbol, y eso ante este EuroCelta se paga, y caro.