W Deportes
NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Cleveland Browns

Los Browns, tentados con la locura de gastar el #1 en un QB

El equipo de Cleveland tiene un lugar de absoluto privilegio en el próximo draft y una necesidad en la posición suprema del juego. Mala mezcla.

Actualizado a
Nov 19, 2016; Chapel Hill, NC, USA; North Carolina Tar Heels quarterback Mitch Trubisky (10) looks to pass in the first quarter at Kenan Memorial Stadium. Mandatory Credit: Bob Donnan-USA TODAY Sports
Bob DonnanBob Donnan-USA TODAY Sports

Los equipos de la NFL llevan desde el martes, todos juntitos, en Indianapolis. Están en la Combine, ese acontecimiento en el que llevan a los mejores muchachos de entre los que se presentan al draft para tomarles la matrícula física, mental y emocional. Y, claro, ya se sabe que cuando el diablo se aburre mata moscas con el rabo, así que están aprovechando para hablar los unos con los otros.

Y eso tiene un riesgo inmenso. Son muchas horas, muchas charlas, muchas hipótesis. Demasiado como para que los impulsos más bajos no se disparen.

Pongamos el ejemplo de los Cleveland Browns. Franquicia disfuncional donde las haya en la NFL. Llevan tanto tiempo dando tumbos, y no me refiero sólo a los resultados de su equipo los domingos, que lo que esperamos de ellos es un punto de locura que rinda homenaje a su reciente tradición de meteduras de pata gloriosas.

Los Cleveland Browns tienen el número uno del próximo draft. Y el doce. Y el treinta y tres. Son muchas en posiciones de privilegio, de las que te permiten soñar con encontrar tres titulares, cuando no tres potenciales estrellas, como para no pensar en hacer alguna barbaridad. Más aún si tenemos en cuenta que su situación con respecto al puesto de quarterback es terriblemente endeble.

Browns, privilegios, tiempo, aburrimiento, locura, quarterback. Sí, todo cuadra.

Les gusta Mitch Trubisky

Hue Jackson ha asumido que necesitan mejorar la posición de QB. Es una evidencia esto. No hace falta ser un gurú ofensivo, como lo es él, para darse cuenta. De la misma manera, desde la Combine ya se filtra que el dúo bicéfalo que dirige los destinos de los Browns, Sasha Brown y Paul DePodesta, se está empezando a enamorar de Mitch Trubisky, el pasador de la universidad de North Carolina.

Y aquí es donde empieza a aflorar el miedo a que esta nueva era en Cleveland, pues los nombrados anteriormente sólo cumplen su segundo año en la franquicia, se parezca demasiado a la anterior.

Porque también es una evidencia que a los Cleveland Browns les faltan un montón de piezas para ser un equipo medio funcional. Me refiero a uno que aspira a salir del top cinco del draft, ya no digo nada de acercarse al 50% de victorias en una temporada. Y, siendo así, con el zurrón de elecciones que han sido capaces de acumular para el draft (a costa de perder y/0 dejar de elegir talento en el pasado, por supuesto) resulta del todo descabellado pensar que Mitch Trubisky pueda ser una opción para el #1 del draft.

El chaval tan sólo ha jugado un año como titular en North Carolina. Lejos de mi intención el pretender adivinar cual será su futuro en la liga. No lo sé yo, no lo saben Brown y DePodesta, no lo sabe Jackson, no lo sabe nadie. Sí que me apunto a la corriente mayoritaria, casi unánime, que dice que Trubisky tiene potencial pero, ojo, mucho también por pulir, trabajar y mejorar.

Eso le pondría en una situación muy incómoda en un equipo como los actuales Browns, pleno de agujeros y urgencias que, por descontado, recaerían en sus jóvenes e inexpertos hombros.

Por si eso fuese poco, en este draft reluce con brillo propio la figura de Myles Garrett, un pass rusher de los llamados a ser élite en la NFL. Un talento supremo, este con muchas menos dudas, en otra posición clave y que le vendría a Cleveland como anillo al dedo.

Entiendo que la situación de los QBs de los Browns, con un Robert Griffin III incapaz de mantenerse sano y un Cody Kessler sólo prometedor, da mucho miedo. Pero más miedo debería dar gastar un #1 del draft en un chaval para arrojarlo a unos leones hambrientos y con cara de mala leche.

No es el momento de frivolidades, y más con Garrett en el zurrón. Es la hora de mostrar algo de sensatez en los Cleveland Browns.