Mestalla, puerto de Primera
Por muy mal que esté el Valencia, Mestalla es un campo que reparte pedigrí entre los aspirantes al título. Aprieta el escenario, presionan los aficionados y la rivalidad obliga a los futbolistas chés a dejarse el alma en este partido. Para el Real Madrid es una prueba del algodón, como bien sabe Benítez, que el año pasado salió tan manchado con un empate (2-2) que fue centrifugado a las pocas horas. La dinámica del Madrid en los últimos dos partidos, además de ganadora, es dominante.
El equipo se equilibra de forma natural con los cuatro centrocampistas, ocupa mejor los espacios y hasta recupera la pelota con cierta facilidad. Si Voro decide salir con tanta gente ofensiva como ante el Athletic, Munir, Orellana, Nani y Zaza, el líder necesitará mucho trabajo en su campo para tener la iniciativa. Y ahí llega la decisión que, una vez se ha recuperado Bale, tiene que tomar Zidane: vuelta a la BBC por decreto o gestión del equipo por encima de las siglas. Me permito recordar que Rafa apostó el año pasado por los tres delanteros, se adelantó dos veces en el marcador, pero no controló el partido, terminó empatando y adiós.