El 'plan Zidane' para Sevilla: la presión, aislarse del ambiente...
El francés es consciente de la importancia del partido de este domingo y ha hecho hincapié a sus jugadores en varias claves para asaltar el Pizjuán...
Si en el Pizjuán esperan con ganas el partido de este domingo, en el despacho de Zidane la cosa no se queda atrás. El francés, y así lo ha confesado en conferencia de prensa este sábado, no para de darle vueltas a lo que le tienen preparado a él y a los suyos en Nervión. No quiere ni sorpresas desagradables ni dejar cabos sueltos de cara a un duelo que entiende clave en el curso de la temporada. Esta es la receta que le ha dado al vestuario en los últimos días para asaltar el Pizjuán en su segunda visita en una semana.
Pasar del ambiente
Zidane sabe que sus hombres, libra por libra, son superiores a los del Sevilla; pero también que el caldo de cultivo en torno al encuentro se ha calentado tras los gestos de Ramos al Gol Norte del Pizjuán tras marcar el jueves un penalti a lo Panenka. Por eso Zizou ha pedido a sus jugadores que se centren en el césped y se aíslen de la grada. Considera el francés que si el Madrid se deja envolver por la atmósfera, saldrá perjudicado.
Enchufados desde el inicio y tener la pelota
Como ya hiciera ante los medios en la previa el miércoles, el francés ha hecho hincapié de puertas para adentro en la peligrosidad que entrañan los primeros minutos en Nervión. Zidane ha avisado de la importancia de sofocar el incendio que provocarán los de Sampaoli. En Copa, en la vuelta del pasado jueves, la advertencia se quedó en teoría: en la práctica, el gol local llegó en el 9'. Ahora, el objetivo vuelve a ser sofocar la avalancha inicial sevillana, que el Arrebato sea sólo cosa del himno. La posesión será otra clave. Zidane quiere que el equipo se haga con el dominio del balón, pero enfrente tendrá un equipo que rige su estilo de juego a partir del balón. "Es nuestro objetivo, pero será complicado", reconoció el entrenador marsellés en conferencia de prensa.
Rescatar la presión alta
El Madrid empezó su 2017 adelantando filas. Sevilla, en la ida de octavos de Copa en el Bernabéu, y Granada sucumbieron ante un equipo que acompañó su calidad y pegada habitual con un gran interés asfixiante. Algo que faltó en el Pizjuán, sobre todo en la primera parte: los blancos presionaron mucho menos y mucho más atrás, lo que, unido al ímpetu sevillista, le dejó encerrado en su campo, buscando un escape en el libreto de las emergencias.
Juntar las líneas
En la vuelta copera, al los de Zidane se les olvidó aquello de que la unión hace la fuerza. Empujado por el ansia hispalense, el equipo se partió con peligrosa frecuencia. El Sevilla borró su dibujo, lo que ha llevado a su entrenador a advertirles de la necesidad de estrechar las distancias y sellarle los puntos de fuga a un rival hiperactivo en cada parcela del campo.
Vigilar a los carrileros
Como sucede en el Madrid, el Sevilla ha encontrado un filón en la proyección de sus laterales, carrileros en el esquema edificado por Sampaoli. Tanto Escudero como Mariano, que descansó en la primera cita entre madridistas y sevillistas de esta semana, se han convertido en uno de los elementos diferenciales de un club que se ha rebelado contra la lógica para seguir soñando con todo. Zidane ha recalcado ante su plantilla la conveniencia de prestar máxima atención a las incursiones ofensivas del español y el brasileño. Esperan 90 minutos en los que las coberturas y las ayudas defensivas adquirirán más trascendencia de lo normal.
