Así pide la afición del Valencia la destitución de Lim, Presidente del club
El 25 de octubre de 2014 se dibujaba en la Grada de la Mar de Mestalla un tifo que decía “Benvingut Peter”. El martes todo el estadio se llenó de pañuelos y cánticos contra el dueño de Singapur.
Mestalla habló. En 1997, tras un partido contra el Salamanca, Mestalla cantó “Paco vete ya”. Y Paco Roig se fue. En 2007, tras un 0-3 a favor del Athletic de Bilbao, la grada gritó: “Soler vete ya”. Y éste, a quien Canal+ le pilló riéndose al acabar el partido, no llegó a dejar su cargo de inmediato, si bien, no volvió a sentarse nunca más en el palco como presidente del Valencia. Una década después, en 2017, Mestalla habló: “Lim vete ya”. En verdad el dueño de Singapur ni estaba el martes ni se le espera en próximas fechas por su palco (la última vez que lo ocupó fue el 1 de mayo contra el Villarreal), aunque su “yo” en Valencia, así se definió Layhoon Chan (“Yo soy Peter Lim”, dijo hace tres semanas), sí escuchó la bronca y los cánticos de una afición hastiada de ver deambular a su Valencia en los partidos y también de una gestión a la que el adiós de Cesare Prandelli ha dejado en cueros.
Ecos de los cánticos. La bronca de Mestalla, al menos, le ha servido a Layhoon Chan para abrir los ojos. Ahora ya ve una crisis institucional donde solo quería creer que había una crisis deportiva. Las críticas de Cesare Prandelli (“El Valencia no es una farmacia, no es una empresa. Deben entender los sentimientos de la afición”, dijo el italiano) resumen el principal reproche de Mestalla hacia la gestión de Meriton Holdings. El 25 de octubre de 2014 se dibujaba en la Grada de la Mar un tifo con la leyenda: “Benvingut Peter”. Se auguraba entonces un futuro en lo deportivo prometedor y en lo económico de estabilidad. Sólo lo segundo se está dando, y la sensación que reina tras lo vivido el pasado verano es que es a costa de lo de siempre: la venta de los referentes. Con el plus de que hoy el equipo es 17º con solo 12 puntos.
Reunión en Valencia. Layhoon Chan se citó ayer en un restaurante con la contada gente de confianza que hoy tiene en Valencia: los dos únicos españoles entre los diez consejeros (Juan Sol y Auxiliadora Borja) y los patronos de la Fundació VCF. Ese vacío local es otro talón de Aquiles que tiene Meriton desde la salida de Amadeo Salvo, quien por un lado les llevó a desconfiar de cualquier no asiático que les rodeaba y, por otro, a su vez, su salida les dejó huérfanos de un referente local de cara a la afición. Ese hueco nunca ha llegado a ocuparlo García Pitarch. Primero porque su rol es otro, su carisma opuesto y, además, el rendimiento del equipo dilapida su labor como director deportivo. Él fue otro de los señalados por la afición el martes (“Suso, canalla, fuera de Mestalla”). Meriton le respalda, aunque enero dictará su futuro.
Siguen su hoja de ruta. Peter Lim y Layhoon Chan buscan cómo superar una crisis en un mundo que no controlan, el del fútbol, y en un contexto al que aún no le han tomado la medida, el del Valencia. Pero no tiran la toalla. Meriton invirtió 200 millones de euros cuando ningún empresario valenciano quiso dar antes del proceso de venta ese paso, aunque asumen el “Lim vete ya” como un aviso y toque de atención. Eso sí, el dueño del Valencia continúa y no variará su hoja de ruta, que pasa primero de todo por equilibrar la cuenta de resultados, “la farmacia” que dijo Prandelli. García Pitarch busca los refuerzos que todo Mestalla ve que necesita el equipo para mantener la categoría, aunque sin salirse de los cuatro millones que tiene de margen por el Fair Play. Pero, como sucediera en verano, la planificación parece hecha a salto de mata.
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