La maniobra de Calderón que dio un giro al Madrid
Así se gestó el fichaje de Cristiano Ronaldo en la etapa de Ramón Calderón. A los seis meses de tomar posesión se iniciaron los primeros contactos.
La que sigue es la historia de cómo se gestó el fichaje de Cristiano en la etapa de Ramón Calderón. En enero de 2007, a los seis meses de entrar en el cargo, se produjeron contactos entre Mendes y José Ángel Sánchez. Ramón Calderón recibió buenas noticias, el representante confirmó que el portugués deseaba marcharse del United.“Sé que hay interés del Madrid pero no puedo hablar de ello. Alex Ferguson y Carlos Queiroz lo saben y me han prohibido hablar del Real Madrid”, decía Cristiano Ronaldo, con una supuesta ambigüedad que todo el mundo podía descifrar. Ferguson respondió de inmediato. “Vendemos a los jugadores a los que queremos vender y de ninguna manera Cristiano se va a marchar”. Fue el primer asalto.
En marzo de 2007, Cristiano insistió en la estrategia. “Todo el mundo sabe que me encanta España. Me gustaría jugar allí algún día”. Un mes después prorrogó su contrato con el United hasta el 2012. E incluyó una cláusula de rescisión de unos 75 millones de euros por si el Madrid u otro gran club se decidían a apostar por él. Con una condición, era necesaria la confidencialidad, nadie podía contar que Cristiano tenía un precio. “No me gustan los clubes ingleses… Antes de morirme quiero ver a mi hijo en el Madrid”, llegó a decir Dolores Aveiro en enero de 2008 al Diario AS. Sus palabras no sentaron muy bien en el United. A ese deseo materno se sumaron las declaraciones públicas de Calderón de hacerse con Cristiano. La prensa madrileña publicó que el Madrid estaba dispuesto a pagar 120 millones por el jugador, pero el Madrid sabía que con 75 era suficiente para traerlo.
El United decidió enviar una carta a Ramón Calderón en la que se le rogaba que dejara de hablar de Cristiano. Pero el Madrid contaba con un arma poderosa. Ronaldo estaba dispuesto a tensar más la cuerda. Era el verano de 2008. La estrategia creada por Mendes y Cristiano, y sugerida desde las oficinas del Bernabéu, pasaba por reconocer que deseaba fichar por el Madrid. Ese verano de 2008, AS publicó que el Madrid pagaría la cláusula de Ronaldo. Y el escocés se subió definitivamente al ring. Ferguson organizó un viaje a Portugal para abortar el intento del club español. Era una cuestión de honor para él. Había intentado las semanas anteriores una estrategia maquiavélica. Contactó al Barcelona para que fuera su siguiente destino. Cualquier cosa menos el Madrid. Pero Ronaldo tenía muy claro dónde quería ir. Sir Alex buscó un acuerdo entre caballeros con Mendes. “No le voy a dejar marchar este año. Como contrapartida, si se comporta bien en los próximos doce meses, me comprometo a dejarle marchar”.
Al año siguiente el fichaje también estuvo a punto de frustrarse. Fue con Vicente Boluda en la presidencia. Hubo un momento de tensión. Calderón lo había dejado todo atado en diciembre de 2008. La tensión se produjo porque Fernández de Blas habló de que pagar lo que se estaba hablando por Cristiano “era una cantidad inasumible con la que se podrían fichar a varios”. El Madrid estaba en pleno proceso preelectoral. Fernández de Blas, ahora vicepresidente, era un hombre fuerte de Florentino. Boluda sintió que se cuestionaba su prestigio. Y dijo, en actitud coherente: “Pues cojo el contrato y lo rompo”. Mendes, incluso, acordó traer a su abogado a Madrid para anular el acuerdo. Ya se había decidido que le iba a perdonar al Madrid los 30 millones de penalización por romper el acuerdo. Y hubo, finalmente, una conversación a las once de la noche entre Boluda y Florentino en la que Florentino le dijo: ‘Tranquilo, ya no se volverá a decir nada más sobre este tema’. Lógicamente había elecciones, y Florentino sabía que pronto sería presidente. Y asumió que traería a Cristiano, se dejaron de hablar de esos 96 millones y cambió la historia del Madrid.