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NFC Oeste desde dentro

Colin Kaepernick sigue cometiendo los mismos fallos

Bajo los mandos de Chip Kelly el quarterback está produciendo pero le lastran los errores del pasado. El equipo no tiene claro su futuro.

Colin Kaepernick sigue cometiendo los mismos fallos
AFP

Desde que Chip Kelly llegara a la NFL una de las incógnitas que se planteaban en muchos debates era qué podría conseguir con un quarterback de las capacidades físicas de Colin Kaepernick al frente de su ofensiva. De manera inesperada, vía despido en Philadelphia, los dos acabaron reunidos en San Francisco este año y a partir de la semana 6 pudimos ir viendo cómo funcionaba el experimento.

Desde el punto de vista meramente estadístico la sensación es que Kelly está sacando bastante jugo de un jugador al que casi se le daba por acabado. En la serie de cuatro partidos previa al desastre del domingo en Chicago, el quarterback acumuló 86/145 pases (59,3%), 1110 yardas, 8TD-2INT, 96.0 rating / 29 carreras, 223 yardas, 7.7avg, 1TD. Cuando Kelly consigue definir claramente la primera lectura Kaepernick está respondiendo bien. Una tónica en la carrera de Colin es que cuanto menos tiempo está el balón en sus manos mejor para San Francisco. Fijaos en el que fue a mi juicio su mejor lanzamiento en el choque ante Miami. El “motion” del wide receiver abre lo suficiente al safety de ese lado para darle espacio a la “seam” que corre el tight end Vance McDonald. Lectura definida y rápida, buen envío de Kaepernick.



El sistema de Kelly también aprovecha la movilidad de su quarterback para generar yardas vía terrestre, su otra gran virtud. Sin embargo, la mayor parte de las 393 yardas de carrera de Kaepernick han venido más en “scrambles” tras no encontrar receptor abierto que en acciones “zone read” dentro de la estructura de la ofensiva.

Aquí radica el problema del quarterback, su tendencia a romper las jugadas marcadas desde la banda no ha cambiado con Kelly. Sigue teniendo un juego de pies y unas mecánicas no deseadas, apenas se mantiene en ritmo en el pocket y a la mínima sale corriendo sin confiar en lo establecido en el “playbook” ni en las habilidades de sus compañeros. Os voy a poner dos ejemplos de esto que os comento. La primera acción es del año pasado con Jim Tomsula y la segunda de éste con Chip Kelly.

Semana 6 de 2015 ante Baltimore. San Francisco juega “double slants” con los dos receptores más exteriores. Quiero que os fijéis sobre todo en la ruta de Anquan Boldin marcada en rojo. Como véis el receptor está completamente solo desde que realiza su corte, pero mientras tanto, Kaepernick está inexplicablemente dando vueltas por el pocket (un pocket muy limpio por cierto) y no lo localiza. Al final la improvisación resulta en un touchdown pero este lanzamiento nunca será bien valorado por un entrenador cuando la jugada definida estaba ahí y además habría evitado el golpe que finalmente se lleva el quarterback.



Avancemos hasta la semana 13 de 2016 frente a Chicago. San Francisco juega ahora un concepto de rutas de tres hombres en el lado izquierdo. La defensa individual de los Bears es clara y por tanto el emparejamiento wide receiver-linebacker es un sí o sí para la ofensiva. Has de confiar y tomar ese pase que además en el esquema de la jugada te va a brindar mucho espacio para ganar yardas tras la recepción. De nuevo Kaepernick abandona la jugada demasiado pronto y pierde al hombre desmarcado por buscar otra cosa. La improvisación aquí resulta en un sack como suele suceder cuando abandonas la estructura del ataque.



El otro gran problema que sigue teniendo el quarterback y que Kelly no ha solucionado es su precisión. Kaepernick es un pasador de potencia, en el primer vídeo se observa a las claras, ahí es donde destaca. Pero en esta ofensiva el toque es mucho más valorado. La mayoría de los lanzamientos son cortos e intermedios y muy ocasionalmente se va profundo. Repetidas veces estamos viendo como jugadas no son completadas por culpa de la imprecisión del quarterback.

Aquí los niners utilizan un concepto de rutas llamado “3 Levels” diseñado para atacar una defensa en cada uno de sus tres niveles con tres receptores diferentes. Frente a defensas zonales como la que corre Miami aquí es muy efectivo. Tenemos al runningback cayendo a la “flat” (nivel 1), el wide receiver va profundo (nivel 3) y el tight end ejecuta una ruta “corner” (nivel 2) marcada en rojo. El receptor está abierto para una gran ganancia pero el pase está fuera de su alcance.



Retrocedamos ahora en el tiempo nada menos que 31 años. Estamos en el 20 de enero de 1985. Mismos equipos, 49ers y Dolphins, pero con mucho más en juego, en concreto la Super Bowl XIX. Observad la jugada, es exactamente el mismo concepto de 3-Niveles (con algunas modificaciones obviamente) ordenado por Bill Walsh en la banda y ejecutado por Joe Montana en el campo. Quién nos iba a decir que Walsh y Kelly están planificando acciones similares tres décadas separados por el tiempo. El resultado en el terreno de juego aquí es bien diferente.



Por supuesto no estoy comparando a Kaepernick con Montana. Tampoco creo que sea él el culpable de la mala situación de la franquicia a día de hoy. Ni muchísimo menos. Los 49ers llegaron de hecho a una Super Bowl bajo sus mandos. Kaepernick continúa siendo más o menos el mismo jugador de aquel entonces, para lo bueno y para lo malo que ya hemos visto. La diferencia está en lo que le rodea, que ahora es mediocre a todas luces. Si los 49ers continúan con Kelly como head coach necesitarán otro quarterback que sí pueda ejecutar más jugadas dentro de la estructura del ataque y que compense las previsibles deficiencias de una defensa que muy difícilmente podrá recuperar el nivel de la etapa de Jim Harbaugh y Vic Fangio.