Carlos Vela y la Real naufragaron en Riazor
El conjunto gallego aplastó a la Real Sociedad con dos goles de Andone, Sidnei, Babel e Íñigo Martínez en propia meta. Yuri marcó para los visitantes.
El duelo de Riazor ponía sobre la mesa el exquisito momento de la Real y la necesidad del Depor. Era comprobar si podía más la buena dinámica o la ansiedad. Y en esta ocasión pudo más, y mucho, el hambre, la urgencia de abandonar los puestos de descenso y dar aire a un Garitano al que Riazor no recibió demasiado bien y que acabó abrazado por sus jugadores.
Desde un principio el Deportivo le quiso dejar claro a los de Eusebio que de miedo, nada de nada. Lucha, ocupación de espacios perfecta, presión y personalidad con el balón. Si hace una semana en Anoeta todos los duelos con el Barça eran para los donostiarras, esta vez caían del lado coruñés. Y no sólo eso, el Depor encontraba cómo hacer daño con facilidad. Florin Andone comenzó a avisar con sus continuos desmarques que la noche para los centrales de la Real no iba a ser fácil, nada fácil.
La primera bofetada para los de Eusebio llegó de córner. El balón cayó en las botas de Sidnei para batir con la zurda a Rulli tras un perfecto amago a la defensa pleno de sangre fría. El brasileño lleva varios años exhibiendo su calidad y sus recuerdos de joven de delantero, pero curiosamente fue su pimer gol con el Depor.
El tanto no saciaba a los de Garitano, que siguieron atosigando a la Real como una manada de lobos a un cervatillo. El segundo fue en propia puerta de Íñigo Martíñez, al que Andone forzó con su centro. El tercero, en una cabalgada por la banda derecha de Juanfran que el incansable delantero rumano acertó a rematar a la red. Era su cuarto gol de la temporada, su cuarto partido consecutivo marcando. Y todo, todavía en el primer tiempo.
La duda en el segundo tiempo era si a la Real le queda alma, o si el Depor dejaba volar un marcador como ante Granada, Sevilla o Málaga. Y apareció la magia donostiarra con un tacón de Canales y un golazo de Yuri. Pero esta vez el Depor no dudó. Primero Babel marcó en un penalti con suspense y luego Florin puso la guinda a su gran noche tras otro pase de Çolak para firmar el quinto, algo que no pasaba desde 2009. Fiesta en Riazor, frustración de la Real.