Río cierra los Paralímpicos más inciertos con la 'misión cumplida'
La ceremonia estuvo marcada por la ausencia del presidente de Brasil abucheado en la inauguración. Michelle Alonso fue la abanderada española.
En medio de una fuerte lluvia, Río echó el telón a unos Juegos Paralímpicos que arrancaron marcados por la incertidumbre y que acabaron con un aprobado. Sin financiación y con muchas dudas organizativas, la celebración de los Juegos Paralímpicos se presentaba como un reto mayúsculo y ayer el presidente del Comité Organizador, Carlos Nuzman, arrancó su intervención con un “misión cumplida”. Nuzman elogió a los deportistas: “Ustedes son superhéroes y se han ganado el corazón del mundo entero”.
La ceremonia de clausura estuvo marcada por a ritmo de rock y de la música brasileña y por la ausencia del presidente brasileño, Michael Temer, fuertemente abucheado en la inauguración. No estuvo en la clausura en Maracaná por encontrarse en Nueva York, donde el martes inaugurará la Asamblea General de las Naciones Unidas. Sí hubo alguna alusión más o menos sutil y velada hacia el presidente de Brasil, con un “Fora Temer” escrito en la gitarra del grupo ‘Naçao Zumbi’.
Los deportistas de 164 países fueron testigos directos del espectáculo y compartieron el escenario con los artistas. Deslumbró la abanderada de España en la clausura, la nadadora Michelle Alonso y hubo atrevidos bailes del veterano de la delegación, Chano Rodríguez, con la explosiva cantante Vamessa de Mata. La Infanta Doña Elena, presidenta de Honor del Comité Paralímpico Español, también disfrutó del espectáculo desde el palco.
La bajada de la bandera paralímpica trajo el relevo de Río a Tokio, donde se celebrarán los próximos Juegos. Eduardo Paes, alcalde de Río, cedió la bandera a Philip Craven, presidente del Comité Paralímpico Internacional, y éste, a su vez, a Yuriko Koike, gobernadora de Tokio. Fue entonces cuando el color y el ritmo dio paso a una puesta en escena más modernista y futurista, un avance de lo que espera en Tokio, unos Juegos radicalmente distintos a los vividos en Río.
Hubo un emotivo recuerdo a Bahman Golbarnezhad, el ciclista iraní fallecido el pasado sábado tras sufrir una grave caída en la prueba de ruta por parte tanto de Carlos Nuzman, presidente del Comité Organizador de Río 2016 como de Philip Craven, presidente del Comité Paralímpico Internacional. Nuzman empezó con un “misión cumplida” y calificó los Juegos de Río como “espectaculares”, mientras que Craven se despidió con un “Coraçao meu de Brasil”.
La ceremonia se extendió durante más de cuatro horas y ni la lluvia deslució un final de fiesta, marcado por el color, la samba, el ritmo de Brasil y que acabó con una espectacular traca final cargada de colorido. Río ya es historia. En cuatro años, aguarda Tokio: otro estilo, otra cultura.