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SELECCIÓN MEXICANA

El balance de Decio: dos bochornos y un rescate

El 1 de agosto de 2015, Decio de María asumió como presidente de la FMF. Bajo su gestión ocurrieron el 7-0 ante Chile y la eliminación de Río 2016.

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El balance de Decio: dos bochornos y un rescate

"Decio de María Serrano toma una Federación en constante crecimiento, con la visión de posicionar al Fútbol Mexicano en las altas esferas del balompié mundial”. Así rezaba el comunicado en el que la Federación Mexicana de Fútbol daba a conocer el 1 de agosto de 2015 la asunción de Decio de María como su máximo dirigente. Desde entonces, han transcurrido 375 días, poco más de un año y muchas incidencias dignas de recabar. 

La investidura de Decio de María como presidente de la FMF conllevó la conformación de un nuevo organigrama: Santiago Baños como Director de Selecciones Nacionales y Guillermo Cantú como Secretario General, entre los nombramientos más relevantes. El primer objetivo de la nueva estructura fue rescatar el proceso trunco de la Selección Mexicana, tras el despido de Miguel Herrera, al capturar el único cupo disponible para Concacaf rumbo a la Copa FIFA Confederaciones de Rusia en 2017. Finalmente, el 10 de octubre de 2015, tras 120 minutos de juego, México venció 3-2 a Estados Unidos en el Rose Bowl de Pasadena, con Ricardo Ferretti al mando en interinato, y aseguró su viaje para disputar el ensayo general de la próxima Copa del Mundo. 

Sorteado el primer obstáculo, la siguiente asignatura fue contratar a un nuevo director técnico para el seleccionado. La lista de candidatos para el puesto se ensanchó al pasar los días: Jürgen Klopp, José Antonio Camacho, Marcelo Bielsa, Ricardo Ferretti, Ricardo La Volpe, y un largo etcétera. El elegido fue el colombiano Juan Carlos Osorio, quien fue presentado cuatro días después de la trascendental victoria sobre Estados Unidos. 

México

El proyecto del exentrenador del Atlético Nacional de Medellín empezó con pie firme tras vencer 3-0 y 0-2 a El Salvador y Honduras, respectivamente, en el arranque de la eliminatoria mundialista rumbo a Rusia 2018. La conquista en territorio 'catracho' fue la primera conseguida por el Tri en aquel país desde 1993. Bajo la tutela del colombiano, la Selección adquirió velocidad crucero, empacho de victorias y colección de porterías imbatidas, aunque ante rivales de poca monta: 2-0 a Senegal; 4-0 y 2-1 a Canadá (eliminatoria), 1-0 a Paraguay. La racha de partidos invictos (que databa de 2015) llegó hasta los 21; todo un hito. El castillo se derrumbó en la Copa América Centenario. El 7-0 frente a Chile en los cuartos de final significó la peor derrota en la historia del seleccionado tricolor. La humillación caló hondo en el ánimo de los aficionados alrededor del país y en la imagen del fútbol mexicano en el mundo. Sin embargo, la Federación resolvió la crisis con una conferencia de prensa en la que solo compareció Guillermo Cantú. El sismo no revolvió las entrañas de la FMF. 

A la par, la Selección Olímpica se preparaba para refrendar la medalla de oro conseguida en Londres 2012, el máximo logro en la historia del fútbol mexicano. Sin embargo, el proceso comandado por Raúl Gutiérrez mostró falencias desde el principio. La paupérrima puesta en escena en el Torneo de Esperanzas de Toulon (eliminados en fase de grupos) motivó las primeras sospechas sobre la calidad del equipo. Aunado a la falta de apoyo de los clubes de la Liga MX ("tratan de cuidar sus intereses", declaró Gutiérrez en junio), la ausencia de refuerzos que militan en el fútbol europeo (ni Héctor Moreno, ni Javier Hernández, ni Andrés Guardado obtuvieron el permiso de sus equipos), Gutiérrez parchó las lagunas de su equipo al echar mano de Jorge Torres Nilo y de Oribe Peralta, referente del plantel que obtuvo la medalla áurea. El resultado: una catástrofe. El legado del oro se desvaneció con el empate ante Alemania (2-2), la victoria pírrica sobre Fiji (1-5) y la derrota estruendosa a manos de Corea del Sur (1-0). 

El balance de las selecciones nacionales mexicanas desde que Decio de María tomó el mando de la Federación no es muy alentador. Por un lado, México reservó su lugar en la Copa Confederaciones de Rusia. A nivel político, albergó el 66° Congreso de la FIFA, mismo que le valió para congraciarse ante el nuevo mandamás del organismo, Gianni Infantino, y para propulsar la candidatura mexicana a recibir la Copa del Mundo de 2026. Por el contrario, la Selección Mayor sufrió la derrota más amplia de su historia y la Olímpica perdió la medalla. ¿Ha perdido el fútbol mexicano prestigio en el último año? ¿Se ha posicionado en las 'altas esferas' del concierto mundial, como sentenció el comunicado emitido el 1 de agosto de 2015?