Los Tuzos dominan, rezan y clasifican a las semifinales

Partido prototípico de liguilla en Pachuca. El ritmo en vaivén, la sensación de incertidumbre, el final disparatado. Y en el caos triunfaron los Tuzos, equipo de vértigo y tambaleante, y se despidieron los Santos, escuadra a la que solo le corrió la sangre por las venas cuando estaba por asfixiarse. Y en el caos surgió Urretaviscaya, uruguayo de apellido impronunciable y zancada inalcanzable. Jugara así siempre y estaríamos en presencia del nuevo Luis Suárez. Esta noche, 'Urreta' hizo suyo el Hidalgo. Queda por ver si la inspiración le llega para la semana entrante. 

Zubeldía y Alonso, muy dados a la etiqueta, optaron por el traje de gamberro, de inicio. Golpe tras golpes. Primero, el 'Conejo' embolsó un cabezazo de González. Pasarán los años y Pérez jubilará a Hirving Lozano, y a sus hijos, y a los hijos de sus hijos. La respuesta fue exprés: acarreo en diagonal de Lozano, pase de barrida a Urretaviscaya y golpe con taco de billar; seco y con efecto. Después, muy poco le pasó al partido. Abella y González ataron a Lozano, Gutiérrez no encontraba el carné para conducir y Jara no sabía cómo extender su mapa. Solo una jugada de Pizarro, colección de amagues hacia afuera, que terminó con un punterazo amenazante. 

De vuelta al terreno de juego, Santos dobló las manos y Pachuca le sometió. Jara ensayó una comba que no arqueó lo suficiente poco antes de que Urretaviscaya se disfrazara de Cristiano. Maravillosa 'folha seca' made-in-Madeira: golpeo de empeine, trayectoria que esquiva la barrera y cae perfecta a media altura, lejos del alcance de González. Golazo. Momento, ¿es Urretaviscaya? Sí, o al menos, alguien que lleva su apellido en sus espaldas. 

Tras el machetazo, Pachuca siguió haciendo sangre con el 'Guerrero'. Un cabezazo de González rasuró el poste derecho y una cabalgata de Lozano terminó con un disparo alto de Gutiérrez. El sometimiento pasó a ser misericordia. Jara se topó con González y después dejó escapar una oportunidad mientras se encontraba solo en el área y sin marca en kilómetros a la redonda. Si Jara pecaba de misericordioso, Urretaviscaya aún tenía sed de sangre. Desborde inspirado en Gareth Bale, limpiándose rivales a su paso, incontenible, un tren a toda velocidad. A Jara, quien desmarcaba a primer poste, no le quedó de otra más que anotar. 

¿Comedia finita? No. No en el fútbol mexicano. González sacó petróleo del desierto cuando aprovechó un disparo de Rabello escupido por 'El Conejo'. Entonces, se instaló el terror en Pachuca. El partido entró psicosis. Salvadas sobre la línea, zambullidas del 'Conejo' para detener el tiroteo (como en los buenos tiempos) y fallas surrealistas como la de Nahuelpán sobre el final. Al final, el alivio. El resoplido. Limpiarse el sudor. Persignarse tras el rezo. Los Tuzos, con la frente empapada en sudor frío, han sobrevivido. Espera 'La Fiera'. Quizá tengan que acostumbrarse a sufrir.