Triverio y Uribe llevan al Toluca a la Libertadores
Partido bipolar: primer tiempo sin alma; el segundo, sin freno. Doblete de Triverio, que sumó 10 tantos. Show arbitral: tres goles anulados.
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- Partido de vuelta de cuartos de final de la Clausura de la Liga MX entre: Monterrey-Tigres en vivo .
Tres años después del fiasco en Guayaquil y el fraticidio ejecutado por Vicente Sánchez e Iván Alonso, el Toluca volverá a la Copa Libertadores, aquella vitrina que refleja todo lo que anhela: grandiosidad, reconocimiento internacional, su estadio de verbena y su nombre en la prensa de ultramar. El pasaje lo debe al incombustible Triverio y el pícaro Uribe, que liquidaron a los enjundiosos e infortunados Rayados en un partido bipolar cuyo único atractivo era vigilar si el Toluca coqueteaba con la autodestrucción, de nueva cuenta. Casi, pero no. Sudamérica y la liguilla aguardan por el Diablo. No hay pastorela navideña sin la presencia del demonio.
Lo que es cierto es que reseñar el primer tiempo es un reto, incluso, para las mejores plumas. Rayados y Rojos deambularon anestesiados por el campo del Nemesio Diez. Será por el frío de noviembre en Toluca, aquel que atenaza los huesos, o por la dejación a sabiendas de que el futuro inmediato de ambos ya estaba definido. Un disparo de Funes Mori fue tapado por Da Silva; Orozco resistió con chaleco antibalas un tiroteo a quemarropa de Silva, y en el epílogo del primer libro, escupió una pedrada de Ríos que Uribe remachó a las redes. Sólo un problema: el colombiano incursionó en zona desmilitarizada. Ilegal. Primer tiempo sumergido en cloroformo.
Cardozo y Mohamed quitaron el corsé a sus jugadores tras la charla del intermedio. Las ocasiones llegaron en cataratas: espuela de Uribe, con inspiración en Emre Can, y definición torpe de Galindo; barrida de Funes Mori tras correría de Barrera; bombazo de Ríos con destino a los murales de Leopoldo Flores. Norte-sur. Entonces, el Monterrey bordeó una jugada de lentejuelas, el último hilo lo cortó Pabón, sin éxito. También hubo arte, cortesía del nigromante de Medellín, discípulo de Juan Carlos Osorio en el Atlético Nacional. Cardona hipnotizó a Silva con una danza de tirabuzón con polvos cósmicos; el defensor quedó hablando consigo mismo, la pelvis en los tobillos y con episodios epilépticos. A Jordan, tan joven, le aguardan noches de escalofríos, tiriteras e insomnio cada escuche el apellido Cardona.
Y llegó el show de Fernando Guerrero. El juez quería tomar parte del jolgorio. Primero, expropió el puntapié de Triverio tras un pase de arrabal de Cueva. Karma instantáneo. En pleno delirio, extirpó de la historia un cuadro pintado por Pabón: tiro libre que estalló en la escuadra izquierda de Talavera. Más fuera de lugar está su gafete arbitral que cualquier jugador regio. Pasmados por la inusual injerencia arbitral en el espectáculo, Diablos y Rayados se masacraron sin miramientos. Triverio rozó con la coronilla un centro precioso de Arellano, suficiente para abrir el cielo en Toluca. Décimo tanto del curso para el santafesino. La réplica tardó nueve minutos: Funes Mori no pudo pinchar el cuero, pero tuvo la suerte de encontrar la rodilla de Basanta, quien venció a Talavera. El voltaje subió mientras Cueva, brocha en mano, pintó una asistencia divina que Triverio punteó hacia las mallas. Arte puro. El partido terminó con la chuchería de Saucedo, piltrafa patética con el talón, que Uribe editó en gol. El olfato del depredador. Vocación de editor: convertir andrajos en poesía.
Y poco más que escribir. El Toluca capturó el segundo lugar y el selló su pasaje para la Copa Libertadores. El Monterrey consumó su fracaso. La temporada terminó. Que venga la posada.