Almeyda, un hombre de retos
El candidato para reemplazar al Chepo de la Torre en Chivas aún no ha sido campeón, pero cuenta con dos ascensos en su trayectoria.
Matías de Jesús Almeyda (Azul, Argentina, 21 de diciembre de 1973) es un hombre de retos. Apenas consumado el primer descenso en la centenaria historia de River Plate, el 26 de junio de 2011, supo que su deber era tomar las riendas del equipo que le dio la oportunidad de debutar como jugador en 1992.
Después de llorar toda la madrugada, tomó el teléfono y le comunicó al presidente de los Millonarios, Daniel Passarella, que se retiraba como jugador y dirigiría a River en el Nacional B. Y 362 días después, tras un sufrido triunfo de 2-0 ante Almirante Brown, el "Pelado" regresaba a Primera División a River.
Aunque en la A no le fue bien con el "equipo de la Banda" y pese a su corta experiencia como técnico, Almeyda cosecha otro logro importante en su carrera: al final de la temporada 2013-2014 ascendió a Primera División a Banfield, que en sus filas contaba con jugadores como Walter Erviti y Nicolás Bertolo, que regresaron desde México para jugar con el Taladro.
Almeyda es parte de una nueva camada de técnicos en el futbol argentino, entre los que destacan Marcelo Gallardo, Diego Cocca y Guillermo Barros Schelotto, y aunque aprendió de entrenadores de cuna riverplatense como Passarella, Sabella y Gallego, tiene sus propias convicciones.
Cuando tomó a River cargaba en su iPad videos de todos los partidos para revisar a detalle cada jugada y corregirlas con sus jugadores; también se apoyó de un neurobiólogo que le ayudaba a conocer las respuestas cerebrales de sus jugadores en las concentraciones. Pero una de sus bases es la unión grupal, por lo que gustaba de organizar salidas fuera de lo deportivo para que los elementos de su plantel se conocieran entre sí y se entendieran más.
Almeyda no tolera a los directivos que se meten en el vestidor para generar mal ambiente, algo a tomar en cuenta por los antecedentes de Vergara en Chivas.
"No tolero al (directivo) que entra al vestuario y te soba el lomo cuando ganás y después, en la tribuna, te reputea para quedar bien con la gente. También algunos tienen manejos oscuros con los representantes", señaló Matías en una entrevista con la revista El Gráfico.
El referente como director técnico para Almeyda es Marcelo Bielsa, que lo llevó al Mundial Corea-Japón 2002: "Bielsa está varios escalones arriba del resto. Aunque con Passarella, el Tolo y Sabella aprendí un montón".
También tuvo como técnico en la Lazio al sueco Sven-Göran Eriksson, ex técnico de la Selección Mexicana, con quien tuvo diferencias en 1999.
"En el 99 me eligen el mejor jugador del campeonato, ganamos un montón de cosas en la Lazio y arrancamos la temporada siguiente jugando la Supercopa europea contra el Manchester. Dos días antes, arma el equipo y me deja afuera. Yo merecía jugar esa final porque habíamos logrado el pasaporte ganando la Recopa. Me fui del entrenamiento a mi casa y me metí en la cama. Vino el director deportivo a pedirme que volviera. Los atendí en mi habitación. Al final, Eriksson me dijo que me ponía pero que debía mejorar varias cosas. Le dije que estaba bien, pero que el partido con Manchester, yo merecía jugarlo".
Almeyda vive por y para el futbol, por eso entiende el sentimiento de sus jugadores al ser reemplazados y cada vez que hace un cambio durante un partido, le extiende la mano al jugador que sale: "Es un simple gesto. Te saco porque creo que es lo mejor para el equipo, pero te sigo valorando como ser humano. Tiremos juntos”.
Así es Matías Almeyda, un hombre desconocido en el futbol mexicano que está cerca de dirigir a Chivas, un equipo en el que ninguno de los siete técnicos argentinos que le han dirigido ha tenido éxito. ¿Le alcanzará el atrevimiento para sacar adelante al Rebaño?