La final del Tuca, el candidato
No es que al Tuca, a estas alturas de su carrera, tengan que ponerlo a prueba, pero aprovechando la final de la Libertadores, qué gran oportunidad tienen en la Federación Mexicana de Fútbol para analizar lo que podrían esperar del entrenador brasileño si insistieran en llevarlo al seleccionado nacional.
Tendrían que entender que Ricardo Ferretti no es responsable de que Jürgen Damm se pusiera nervioso y no fuera capaz de tocarle un balón de trámite a André Gignac, para marcar el de la diferencia o que no puede meterse a la cancha para bajar el balón que dejó ir el propio delantero francés, en otra clara posibilidad felina, en la primera parte. Pero también habría que aceptar que el Tuca, regresando a su costumbre, paró a sus fieras con más miedo que ambición; les pidió hacer recorridos larguísimos, siempre partiendo de su propia cancha y no cambió nadita el planteamiento durante los más de 95 minutos de disputa.
Ahora, no estoy hablando de algo que no sepamos, Ferretti no es malo, es un extraordinario táctico, motivador y líder de sus equipos, sin embargo (y es algo que muchas veces no me entienden) ese entrenador, así como vimos a la UANL este miércoles por la noche en propio campo y con un equipo mucho mejor que River Plate, casi línea por línea, es uno de los serios candidatos a quedarse con el Tri.
De salida
Hablando de la serie y aunque se nos viene a la mente que ninguno de los tres finalistas mexicanos ha sido capaz de sacar ventaja del primer partido, siempre disputado en México por orden de la Conmebol, no veo a Tigres muerto. Fue un mal partido de Gignac, que con tantas ganas que tenía de jugar la Libertadores, ojalá ya haya aprendido cómo se juegan y más con argentinos y uruguayos en el campo; fue un inestable y nervioso encuentro de Damm, un maravilloso jugador que tiene que entender que más vale maña que fuerza (y más cuando no tienes fuerza); fue un flojo cotejo para Damián Álvarez, quien ya no tiene la llegada y el aire que seguramente hubiera aportado Javier Aquino. Pero de éstas se aprende y eso sí, hay pocos técnicos para revisar detalles y levantar ánimos como Ricardo Tuca Ferretti. No den por muerto al Tigre.