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La fe en el Tri, la historia o el presente

Doha, QatarActualizado a

Las historias de futbol son como el balón, se mueven dependiendo de quién las impulsa. La del Tri, por ejemplo, puede ser, para muchos, una novela repetitiva, aburrida y cuyo desenlace se puede anticipar desde el primer capítulo. Para otros, es la historia del héroe, que permite que otros abusen de él, hasta que se harta y sorprende a todos, derrotando de forma contundente al villano árabe.

Así pasa cuando uno escucha lo que expresan los periodistas, jugadores, el técnico y los dirigentes, alrededor de una Selección Nacional, como la mexicana, de cara al juego que los eliminará o que les dará, milagrosamente, el segundo boleto del grupo a los Octavos de Final.

Los periodistas

Tienen muchas razones, viven de analizar los escenarios y ver suficiente futbol, más de lo que los jugadores pueden aceptar. Además -y espero me creas-, pocos tienen mala intención y todos, incluso al más mala leche que yo pueda conocer, brincan de gusto cuando las cosas salen bien, más no es su labor aplaudir, sino difundir la información.

A un día del juego ante Arabia, entre los medios había menos pesimismo que horas antes del partido ante Argentina; la mayoría cree en la victoria contra los árabes, pero no tanto en que sea suficiente para clasificarse.

Los jugadores

Para esto les dejo una de las respuestas vertidas por el capitán del Tri, Andrés Guardado, en la conferencia de prensa oficial antes del juego:

“El simple hecho de estar aquí ya es una presión grande. El golpe del otro día (ante Argentina) hay que asimilarlo. Hay que limpiar rápido la cabeza. Esto no para aquí todavía, hay grandes oportunidades. Creemos mucho. Nadie nos dice que es imposible”, dijo Guardado, en su quinta Copa del Mundo.

Siendo él uno de los líderes del vestidor Tricolor, es vital para sus aspiraciones que muestre una actitud positiva, de quien se levanta después de una batalla perdida para ganar la guerra.

Sí, eso está bien, aunque siendo honestos, cuando el también jugador del Betis agrega que no sabe de dónde salió lo de su supuesta lesión (del propio “Tata” Martino, que minutos más tarde aceptó que se adelantó en el diagnóstico), dice que solo fue un golpe y cerró asegurando que está para jugar este miércoles.

Es cuando siento que no es ese capitán guerrero, capaz de jugar con una sola pierna, antes de solicitar él mismo su cambio, en un juego tan bravo como el del sábado pasado contra Argentina. No sé, puede que de nuevo esté viendo la historia de un solo lado.

El DT

La de Martino es otra visión de las cosas. Para él, los resultados siempre reflejarán su buen trabajo como entrenador, así sea solo en 60 de los 90 minutos, o resaltando la calidad de sus rivales, a los que dice que sus jugadores miran como gigantes invencibles, por lo que no intentaron atacar por las bandas, temerosos de que les hicieran daño en un contragolpe… sí, para luego responder la pregunta de un periodista árabe, dejando claro que jamás le tendrían miedo a un rival.

“¿Miedo? No, enfrentamos y respetamos a todos los rivales. No desconocemos todo lo bueno que ha hecho Arabia, como en el partido contra Argentina y el primer tiempo contra Polonia. No hay temor en alguien que está acostumbrado a competir continuamente”, aseguró Martino.

Con cada juego y conferencia me queda claro que el “Tata” es todo un ganador. Siempre gana con sus respuestas.

Los directivos

Los siento muy alejados, no hay ese trabajo de acercamiento, no buscan reuniones con medios que consideren importantes; mandan algunos mensajes, pero son escasos y generan ciertas dudas. Pero, eso sí, me queda claro que, sobre todo la cabeza, Yon de Luisa, sigue a muerte con Gerardo Martino y sus convocados al Mundial. No cuestiona, no presiona, solo apoya y busca formas para levantarles el ánimo de cara al juego que podría definir su futuro como presidente de la FMF.

De salida

Lo acepto, a veces el corazón late tan fuerte que es capaz de hacer rodar la pelota a direcciones insospechadas. Yo, después de nueve Copas del Mundo trabajando en una redacción o como enviado a los torneos, prefiero esperar, no anticiparme al drama ni a la hazaña. Les deseo suerte, ya tocará platicar y analizar la historia.

¿De qué lado te pones tú?