UNAM revela cómo esta tradicional hierba mexicana puede ayudar a combatir patologías muy comunes

La medicina tradicional mexicana posee un vasto conocimiento sobre plantas curativas, muchas de las cuales se han utilizado durante generaciones para tratar afecciones diversas. Una de estas plantas es el hamamelis, también conocido como avellano de bruja, que destaca por sus propiedades benéficas para la salud circulatoria. Esta planta, originaria de América del Norte y utilizada en México, es especialmente útil para aliviar várices, arañas vasculares y otros problemas relacionados con la mala circulación.

Según la Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana de la UNAM y el Herbario Nacional de México, el hamamelis tiene propiedades vasoconstrictoras, antiinflamatorias y astringentes, que ayudan a reducir la inflamación, calmar el dolor y mejorar la apariencia de las venas dilatadas. Se puede aplicar como té, ungüento o aceite, siendo efectivo para disminuir molestias como pesadez, hinchazón y fatiga en las piernas.

El hamamelis también se ha ganado un lugar importante en la medicina natural por sus usos adicionales, como el tratamiento de irritaciones en la piel e inflamaciones localizadas. Aunque no reemplaza un tratamiento médico profesional, se considera un buen complemento dentro de un enfoque integral para combatir problemas venosos.

Las várices no solo representan una preocupación estética; también pueden ser señal de una circulación deficiente. Factores como la genética, el sedentarismo, el envejecimiento o pasar mucho tiempo en una misma posición contribuyen a su aparición. Si no se atienden adecuadamente, pueden generar complicaciones como dolor crónico, úlceras o tromboflebitis.

Para su consumo, el hamamelis puede prepararse en infusión hirviendo una cucharadita de hojas secas por diez minutos, tomándose una o dos veces al día. En uso tópico, hay disponibles aceites y ungüentos con extracto de esta planta, que pueden aplicarse con suaves masajes sobre las zonas afectadas para aliviar síntomas y mejorar el estado de las venas.

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Estos productos pueden encontrarse en tiendas naturistas o elaborarse en casa con ingredientes naturales. No obstante, es importante recordar que su uso debe ser supervisado por un médico, ya que podría haber efectos secundarios o interacciones con otros tratamientos. La automedicación, incluso con plantas, debe evitarse.

Finalmente, para mantener una buena salud venosa, es esencial complementar el uso de plantas medicinales con hábitos saludables como una dieta equilibrada, buena hidratación, ejercicio frecuente y ropa cómoda. La prevención y el cuidado constante son fundamentales para evitar el avance de problemas circulatorios.

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