Ni Hidalgo, ni Jalisco: expertos revelan dónde se sirven los mejores pastes de México
Este alimento ha logrado conquistar paladares por todo México gracias a su sabor y versatilidad.
Con las bajas temperaturas que se sienten en la capital, no hay nada como disfrutar un buen paste, uno de los platillos más representativos de la gastronomía hidalguense.
Este alimento, que nació en el siglo XIX como sustento para los mineros en Real del Monte, ha logrado conquistar paladares por todo México gracias a su sabor y versatilidad. Y si no quieres salir de la CDMX, hay un lugar ideal para saborearlos sin viajar hasta Hidalgo.
¿Dónde están los pastes más ricos de la CDMX?
Pastes Real de Plateros, especialmente su sucursal La Villa, es considerado por muchos como uno de los mejores lugares para comer pastes en la Ciudad de México. Ubicado cerca de la Basílica de Guadalupe, este local presume una calificación de 4.6 estrellas en Google Maps, respaldada por más de mil 600 opiniones. Los precios son accesibles, y varían según el relleno: desde 20 hasta 30 pesos mexicanos.
Las reseñas destacan frases como “Muy ricos los pastes” y recomiendan especialmente sabores como el mole verde, hawaiano y el clásico minero (papa con carne molida). Los usuarios también elogian la atención del lugar y su ubicación céntrica, lo que lo convierte en una opción práctica para comer algo delicioso y tradicional.
Además de los pastes salados, también ofrecen una gran variedad de pastes dulces. Entre los sabores más populares están: cajeta, zarzamora, piña, arroz con leche y manzana, siendo este último uno de los más solicitados por los comensales. Si quieres visitarlos, están en Calle Montiel #74, Colonia Tepeyac Insurgentes, Alcaldía Gustavo A. Madero, CP 07020, CDMX.
Historia de Pastes Real de Plateros
La historia de Pastes Real de Plateros se remonta a más de 40 años, cuando comenzaron con una pequeña sucursal en Real del Monte, Hidalgo. Con el paso del tiempo y gracias a la calidad de sus productos, el negocio fue creciendo hasta llegar a diversos puntos del país, manteniendo siempre el sabor y estilo tradicional que los caracteriza.
Su proceso de preparación es artesanal: utilizan una masa de harina de trigo con manteca, huevo y sal, que tras un periodo de reposo, se amasa y se corta para ser rellenada con guisos variados.
Finalmente, se les da un toque especial con barniz de mantequilla antes de hornearlos, logrando así un sabor único que los convierte en una excelente opción de comida rápida, sabrosa y económica.

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