¡Centenariazo! Las Chivas eliminan al América en penales
El Rebaño Sagrado avanzó a la final de la Copa MX al imponerse en 3-4 en la tanda de penaltis al América después del 1-1 en tiempo regular.
Centenario. La celebración que conmemora los 100 años de existencia de una persona, institución, acontecimiento. Confeti, lumbre, oro, hervor, fumaradas, resplandores, cánticos. Así deberían ser. Así está escrito el guión. 100 años en retrospectiva, reflexión del tiempo pasado, del devenir, un ejercicio de profunda autoexploración, autorrealización; cómo aprendió a sobrellevar la angustia, o a catalizar la gloria alcanzada. Los '100 años de grandeza', esa kermesse de pacotilla, ciertamente no ha sido nada de lo enumerado. Ley de Murphy potenciada. Lo que ha podido salir mal, ha salido peor. El imaginario colectivo americanista, que tiene encerrado en lo más profundo de su ello al bombazo del 'El Tuca' Ferretti, el año 2008, la década de los 90, deberá añadir otro episodio a su funesto relicario: el penalti de Osmar Mares; la algarabía del máximo rival que inundaba el Azteca mientras la cera de las velas escurría sobre el infame pastel de crema agria; la noche del 26 de octubre de 2016 en el Estadio Azteca.
Si La Volpe tenía un plan, ése era apelar a la antítesis de su ideario: muralla y galope. El argentino dotó a sus futbolistas de cuchillos para que fuesen amarrados a las piernas. Queda por ver si la puesta en escena fue fiel a un proyecto establecido o si se trató de un ensayo fallido. Eso sí, el Rebaño apenas encontró terreno libre de minas explosivas. El cabezazo de Pereira antecedió el único verso que logró escribir el América en toda la tarde: Peralta conjugó y Arroyó rimó como siempre, encare, bicicleta y punto final. Un lugar común, sí, pero una rima que bien podría recitar, por ejemplo, el 'Tuca' Ferretti. Sí que la recuerda, al dedillo...
El América, pareciera, mando a sellar su puerta con hormigón. Los 'azulcremas' se refugiaron en un acorazado, seguros de haber accionado la bomba atómica. En ello, las Chivas resoplaron, absorbieron la niebla plutónica y desplegaron la artillería. Primero, el misil de Calderón ('clic' al metal) abolló el blindado. Después, López, futbolista con talco en los empeines y algoritmos en el cacumen, citó al 'Gullit' Peña en dos ocasiones con González. El exjugador del León deshonró su sobrenombre. Sus tiros murieron en las piernas del guardameta. Y con ellas, su credibilidad. Ruud, el holandés, seguro estará dirigiendo misivas a todas las redacciones deportivas del país en las que pedirá referirse al mediocampista con su vilipendiado apellido; así sería más identificable con la torpeza que caracteriza sus acciones en los últimos tiempos.
El entreacto no sirvió para que 'Las Águilas' reflexionaran en el camerino. Guadalajara poseyó la pelota y copó cada centímetro de césped mientras la parvada esperaba agazapada en las ramas del árbol de la noche triste. Alfredo Tena, Cristóbal Ortega, Manzo, Hernández; todos auxiliaban a Goltz, Aguilar, Valdez. Mientras 'El Gallo' Vázquez gobernaba una zona de exclusión en el centro del campo, Cisneros percutía por izquierda y 'La Chofis' desparramaba brillantina sobre los regueros de sangre. Almeyda activó a su artillería especial: Brizuela y Pineda. Algo tarde, quizá. Las mejores armas están para usarse. Y en ello, Pulido rodeó a Valdéz con las piernas por delante, como 'El Místico' a 'Shocker', y estiró el empeine para empujar el empate. Bellísima postal, de no ser por su ilegalidad. Aunque, eso sí, Santander solo podría haber advertido el 'offside' con un microscopio digital.