¿Cómo vivió Diego Cocca su debut en la Selección Mexicana?
México tuvo un complicado inicio frente a Surinam, para su fortuna el rival no tuvo puntería y al final se sacó la victoria.
Intenso. Nervioso. Inquieto… y al final: aliviado. Así ha vivido Diego Cocca su presentación como técnico de la Selección Mexicana. El triunfo por 2-0 frente a Surinam, en Paramaribo, ha sido más sufrido de lo esperado. Incluso, por lapsos fue superado el conjunto nacional, lo que no permitió al técnico estar cómodo en la banca del Estadio Franklin Essed.
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Desde el silbatazo inicial, el entrenador argentino estuvo de pie. Iba de un lado a otro. Se salía del área técnica constantemente. Se quedaba a centímetros de entrar en el terreno de juego. Desde ahí, gritaba. Se desesperaba cuando los jugadores no le escuchaban y por tanto no recibía respuesta. Caminaba de aquí para allá. Intenso como suele ser. Nervioso en un día importante para su carrera.
Su constante andar cerca del límite le valió que el cuarto árbitro le llamara la atención. Fue el primero que lo invitó a mantenerse dentro del área técnica. Diego Cocca hizo una seña con la mano, prometiendo calma en su banca. Pero minutos más tarde, era ahora el juez de línea quien me llamaba la atención por la misma razón. Le costaba quedarse quieto. Había motivos para eso, pues su equipo era superado en la cancha.
A su banca la mando a calentar antes de concluir la primera parte. A un costado de la cancha, gritaba constantemente. Se volteaba cuando algo salía mal. Lamentaba. Con las palmas de las manos se pegaba en las piernas. Se me notaba inquieto por lo que ocurría en el campo. Para la segunda parte, el calor y humedad de Paramaribo, sumado a la intensidad de sus emociones, le obligaron a sacarse de encima el saco.
El gol no llegaba y llamó a Marcelo Goux, para platicar. Buscaba soluciones a lo que estaba ocurriendo en el Estadio Franklin Essed. Gesticulaban. Compartían opiniones. Señalaban cosas en el campo. En eso estaba cuando vino el gol que abrió el marcador. La calma llegó por fin. Diego Cocca aplaudió. Poco después esbozó una tenia sonrisa cuando se marcó el penal. Pero enseguida lamentó cuando Santiago Giménez lo voló.
El segundo tanto le dio tranquilidad absoluta. Y tras el silbatazo final, aplaudió. Se abrazo con su auxiliar. Enseguida, con los jugadores que se encontraba al paso. Volvió a aplaudir. Solo entonces se dio permiso de sonreír con soltura. El nerviosismo del debut había quedado atrás. La presentación no fue con las formas prometidas, pero fue con un triunfo y eso da calma para trabajar. La era Diego Cocca ha comenzado.