Lamine Yamal, el niño leyenda

Siempre pensé que nunca volveríamos a ver a algún futbolista como Cristiano Ronaldo o Messi. Cambiaron el juego, las estadísticas, las expectativas y la rivalidad deportiva. Creo que ahora vivimos un poco la resaca de lo que hicieron ambos y creo que solo es la punta del iceberg, el tiempo dará más perspectiva.

El miércoles se pudo vislumbrar un poco lo que es Lamine Yamal, que ya es una realidad, pero hablo de vislumbrar porque sigue teniendo 17 años, aunque ya sea referente y líder del Barcelona y la selección española.

A su corta edad ha jugado 100 partidos oficiales, marcado 22 goles y 33 asistencias. Cristiano a esa edad contaba con 19 partidos, 5 goles y 4 asistencias. Messi, debutó con 16 años en un partido amistoso bajo las órdenes de Frank Rijkaard, un año después tenía 9 partidos, 1 gol y no había asistido.

Las comparaciones son horribles, pero inevitables y estoy cayendo en lo que le he criticado que ha hecho el Barça en los últimos años. No busquemos al próximo Messi, demos a cada jugador su tiempo, su espacio, su carrera y su identidad. Así todos sean producto de la Masía.

Los números son un poco para dar perspectiva y dentro de esa perspectiva hay que analizar también el contexto. Creo que a Lamine se le ha exigido mucho más de lo que se debería a un jugador de esa edad; tanto física, como mentalmente. Sin embargo, las circunstancias del club han obligado a acelerar ciertos procesos, que solo el tiempo dirá si fue o no una buena apuesta. Para mí, era la única.

El partido de ida de semifinales de Champions contra el Inter es algo que nunca he visto, no solo para un futbolista de 17 años, sino para un futbolista. La creatividad, explosividad, la capacidad técnica, el liderazgo, la entereza, la responsabilidad que mostró, es de otro planeta. Lo cual solo ilusiona al barcelonismo y al fútbol en general, porque los nombres que pintaban para ser las próximas estrellas mundiales, han quedado a deber.

El camino es largo y complicado, el deporte siempre hace sentido con el tiempo. Lamine tiene que madurar y adaptar su fútbol y grandísimo talento a ese crecimiento. Vendrán retos como lesiones, frustraciones, expectativas, los medios, fracasos y fama que no se resuelven con regates y también son parte del juego. Por ahora, Lamine Yamal es el niño leyenda.

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