A pensar en los escenarios, pero ¿para qué?

A ver, ciertamente nos tocaría Francia si el Tri alcanza el milagro de vencer el miércoles a los árabes y que Polonia le haga el favor de eliminar a Argentina o bien, si los verdes, bueno los nuestros, porque los asiáticos también son verdes, golean por cuatro de diferencia, sin pensar ya en el otro escenario. Pero, no sé tú, yo creo que aunque nos toque el riesgo de ser vapuleados por Francia, será mejor caer en Octavos de Final, que terminar de ver a la única selección mexicana incapaz de marcar un solo gol en una Copa del Mundo.

Ahora, ¿cómo hacer para que un seleccionado que no ha sido capaz de marcar UN MALDITO GOL (respira Gómez) en cuatro juegos seguidos, en dos Mundiales (sumando Suecia, Brasil, Polonia y Argentina), le meta cuatro a un seleccionado que si algo sabe hacer es defenderse?, ¿Cómo?, a partir de un acto de indisciplina o de que Gerardo Martino entienda que no entiende nada del futbol mexicano y los deje jugar como les gusta.

Y es que, nada querido Tata, el mexicano puede perder, pero no le gusta y no se sabe defenderse durante 90 minutos; el mexicano es muy disciplinado y te va a obedecer, pero le frustra, le emp… (enoja) que, siendo un delantero top del mundo (Chucky), lo pongas a corretear rivales en su propio campo hasta el agotamiento y no le ayudes a generar peligro en la meta contraria; el mexicano respeta a sus mayores, pero se harta y molesta a ver que tienes consentidos, que todo el tiempo te dijeron que no iban a dar y te aferraste a sostener, como Guardado y Herrera; al mexicano no le importa perder, si al hacerlo le mete el alma y se muere jugándole de tú a tú al que le pongan en frente.

En fin, como no has entendido nada, el único camino que veo para que el milagro llegue es que tus jugadores te ignoren en la cancha y hagan lo que deben hacer para y por defender sus colores, su corta pero rica historia y corresponder el amor de millones de seguidores a los que les jodiste un hermoso sábado familiar.

De salida

Por ahí me dicen que la rebelión comenzó a prender. Veamos si los directivos la detectan y la frenan o la impulsan en favor, incluso de sus propios futuros.