
Erick De la Rosa
Elche recibe feliz este segundo partido de la Liga de Naciones, al que llegamos con estupendo espíritu y aire de cola.
Del feliz choque de Wembley hemos coincidido en destacar más que nada el papel de Saúl, tanto por la excelencia de su partido como por lo que significa de parteaguas entre épocas.
El objetivo culé de terminar LaLiga invicto, cosa que no había hecho nadie desde los lejanos años treinta, cuando sólo duraban 18 partidos, se ha esfumado.