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Qué es CVT en un auto: Funcionamiento, ventajas y desventajas

Esta tecnología, cada vez más presente en los autos, promete consumos de risa y una suavidad de marcha particular.

Qué es CVT en un auto: Funcionamiento, ventajas y desventajas
Luis Hernández del Arco
Actualizado a

Seguramente se ha escuchado hablar de o leer de las siglas CVT en la descripción de un auto. Pues bien, estas tres letras hacen referencia a la transmisión CVT, o Transmisión Continuamente Variable, que se ha ido abriendo paso en la industria automotriz con una promesa principal bastante atractiva: maximizar la eficiencia de combustible.

Desde fuera, para el conductor promedio, un auto con CVT se siente muy parecido a uno con una caja automática tradicional: se pone la palanca en “D” y listo, solo hay que acelerar y frenar.

Para entender su funcionamiento hay que imaginar por un momento el sistema de velocidades de una bicicleta, pero mucho más sofisticado. En lugar de tener un número fijo de engranajes que van “saltando” para cambiar la relación de marcha, una transmisión CVT utiliza un ingenioso sistema de dos poleas conectadas por una correa metálica de alta resistencia.

Una de estas poleas está conectada al motor y la otra a las ruedas. Lo brillante del asunto es que el diámetro de estas poleas puede variar de forma continua, es decir, sin escalones.

En sí, esta polea se hace más grande mientras la otra se encoge, y viceversa. Esto permite que el motor encuentre siempre la relación óptima de revoluciones para la velocidad y la carga que se le está exigiendo.

Por esta razón, al acelerar, no se perciben los tirones característicos de los cambios de marcha en una transmisión automática convencional o, por supuesto, en una manual. Aquí el motor parece mantenerse en un rango de revoluciones casi constante mientras el auto gana velocidad de manera progresiva y muy suave.

Foto: Freepik

Realmente, el objetivo primordial es mantener el motor en su punto de mayor eficiencia la mayor parte del tiempo, lo cual se traduce directamente en un menor consumo de gasolina.

Ahora bien, muchos conductores experimentados extrañaban la sensación de los cambios, ese “empujoncito” que indica que el auto está trabajando. Por este motivo, los fabricantes comenzaron a programar “cambios simulados” en muchas cajsa CVT.

Estos no son cambios mecánicos reales, puesto que la transmisión no los necesita, sino más bien pequeñas variaciones en la relación de las poleas que imitan la sensación de una caja tradicional, usualmente accionables mediante paletas al volante o movimientos en la palanca selectora.

¿Sensaciones vs. Eficiencia?

Aquí es donde la conversación se pone interesante. Para muchísimas personas, la suavidad y el enfoque en el ahorro de combustible de la CVT son una bendición, especialmente en el tráfico urbano donde los constantes arranques y paradas pueden disparar el consumo.

Toda la entrega de potencia es lineal, lo que para algunos se traduce en un manejo más relajado y confortable. Ciertamente, en situaciones de manejo tranquilo y buscando optimizar cada gota de combustible, esta tecnología brilla con luz propia.

Por otro lado, un sector de conductores, quizás aquellos con un enfoque más pasional hacia el manejo, encuentran ciertas particularidades en la CVT que no terminan de convencerles.

Una crítica frecuente es la sensación conocida como “efecto de banda elástica”. Esto ocurre porque, al pisar el acelerador a fondo, el motor sube de revoluciones rápidamente y se mantiene ahí, mientras el auto “alcanza” esas revoluciones en velocidad.

Puede sentirse un tanto desconectado para quien está acostumbrado a una respuesta más directa y escalonada. Igualmente, el sonido del motor, al mantenerse a menudo en un tono constante durante la aceleración, puede resultar monótono o incluso ruidoso para algunos oídos sensibles, aunque esto ha mejorado significativamente en las generaciones más recientes de CVT.

Es fundamental mencionar que la durabilidad y los costos de mantenimiento también han sido puntos de discusión. En las primeras generaciones de CVT de algunos modelos específicos presentaron problemas de fiabilidad, lo que generó una percepción a veces negativa.

Afortunadamente, la tecnología ha madurado. Para ello, los fabricantes han invertido mucho en investigación y desarrollo, utilizando materiales más robustos y fluidos específicos que han mejorado notablemente la longevidad y resistencia de estas transmisiones.

De cualquier forma, como con cualquier componente complejo de un vehículo, el mantenimiento preventivo y el uso adecuado son cruciales.

Foto: Freepik

¿Conviene un auto con CVT?

Si la búsqueda se centra en un vehículo que te ofrezca la máxima eficiencia de combustible posible, una conducción suave y priorizar el confort en los trayectos diarios, es muy probable que un auto con una buena transmisión CVT se siente como anillo al dedo. Resulta especialmente práctica para la conducción en ciudad, donde su capacidad para mantener el motor en su régimen óptimo de revoluciones realmente marca una diferencia en el consumo.

Si, por el contrario, se valora una conexión más directa con la mecánica, se disfruta de una conducción deportiva y la sensación de los cambios de marcha es un elemento importante en la experiencia al volante, quizás se deba probar a fondo un modelo con CVT antes de tomar la decisión. Aunque los cambios simulados intentan mitigar esta diferencia, la naturaleza intrínseca del funcionamiento de la CVT es distinta.

Lo que es innegable es que la transmisión CVT ha llegado para quedarse y sigue evolucionando. Los ingenieros trabajan constantemente para refinar su funcionamiento, minimizar sus puntos débiles y potenciar sus fortalezas.

Cada vez son más los modelos, incluso de gamas altas, que optan por esta tecnología, buscando ese equilibrio entre rendimiento y responsabilidad ambiental. Al final del día, informarse y, sobre todo, probar, es la mejor manera de saber si esta peculiar forma de transmitir la potencia del motor a las ruedas es la adecuada para lo que se busca en un auto.

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Datos curiosos sobre la transmisión CVT

  • El primer automóvil de producción en masa que utilizó una CVT fue el DAF 600, un pequeño auto holandés, lanzado en 1958. Su sistema se llamaba Variomatic.
  • Algunas CVT no utilizan una correa metálica, sino una cadena especialmente diseñada, que puede ofrecer una sensación de conexión ligeramente más directa.
  • Los vehículos híbridos a menudo utilizan una variante de la CVT, conocida como e-CVT, que funciona de manera diferente (usualmente con engranajes planetarios y motores eléctricos) pero logra un efecto similar de variación continua y optimización de la eficiencia.
  • No todas las CVT son iguales. El desarrollo y la calibración por parte de cada fabricante influyen enormemente en la experiencia de manejo y la fiabilidad del sistema.
  • El fluido que utilizan las CVT es muy específico y crucial para su correcto funcionamiento y durabilidad; no es intercambiable con el aceite de las transmisiones automáticas convencionales.
  • Algunos vehículos de competencia, como los karts y las motos de nieve, han utilizado sistemas CVT durante años debido a su capacidad para mantener el motor en su punto de máxima potencia.

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