Autos

¿Por qué los “autos chocolate” son un cáncer para la industria automotriz en México?

Esta clase de vehículos se ofrecen en pésimas condiciones, muchas de ellas estéticas y mecánicas.

Luis Hernández del Arco
ldelarco
México

A pesar de las peticiones de las diversas asociaciones de la industria automotriz al presidente Andrés Manuel López Obrador, donde se señalaban los efectos negativos de fomentar la regularización de vehículos usados procedentes de Estados Unidos, y que son mejor conocidos como “chocolates”, fue ampliada la autorización que estaba por concluir.

En la edición del 19 de septiembre de 2022 del Diario Oficial de la Federación del Gobierno Federal, fue publicada la extensión del periodo de regularización de autos usados de procedencia extranjera hasta finales de 2022. Pero además de ampliar el periodo que permite la entrada de autos usados ilegales a México, el gobierno ha sumado a una entidad más a la lista de estados que permiten regularizar esta clase de vehículos.

Así, a Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Coahuila de Zaragoza, Durango, Michoacán de Ocampo, Nayarit, Nuevo León, Puebla, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas y Zacatecas, se suma Jalisco al listado de entidades donde se podrá legalizar el contrabando automotriz. Evidentemente, la entrada a México de autos chocolate, así como su regularización, son un golpe más para las marcas de autos, que de por sí han sido afectadas en los últimos años por los efectos de la pandemia.

De acuerdo con la AMDA -Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores-, de enero a julio de 2022, el número de unidades importadas ilegalmente desde Estados Unidos y Canadá a México ha sido de 123,686, lo que representó un incremento del 33.9 por ciento.

Esto, más las 500,000 unidades que se estima van regularizadas, representará que al final de 2022 se habrán integrado al parque vehicular nacional de casi un millón de automóviles y camionetas usadas, la mayoría en pésimas condiciones y generando una sobreoferta con bajas de hasta 20 por ciento en el precio de vehículos nacionales de similar marca y modelo de propietarios.

Queda claro que los consumidores que vean esta afectación, lo pensarán dos veces antes de cambiar su unidad, afectando la cadena de la renovación vehicular de usado a seminuevo y de seminuevo a nuevo.

De igual manera, este decreto lo único que ha asegurado es evidenciar la obsolescencia del Registro Público Vehicular (REPUVE), organismo que desde el arranque de la regularización no ha podido generar el número suficiente de citas para los interesados en regularizar, generando ahora un mercado negro de personas que venden en Internet las citas para la regularización, esto sin contar las páginas de Internet apócrifas y gestores que prometen la regularización deseada a través de un pago y luego desaparecen.

Por todo lo anterior, la ampliación de este decreto no vendrá sino a confirmar el rotundo fracaso que representa el mismo, ya que por más oficinas que se abran y citas que se generen, si no se cierra el libre tránsito del contrabando, alentado por las autoridades federales y estatales, el crimen organizado seguirá aprovechando la situación y nunca se acabará con los problemas asociados a este fenómeno.

En tal sentido, México seguirá siendo el patio trasero de la basura automotriz de otras naciones, en especial de Estados Unidos y el país de la regularización infinita.