Manejamos el VW Virtus: Cómodo en ciudad, sorprendente en carretera
Desde casi $350,000, este sedán de Volkswagen busca conquistar el segmento con amplitud récord y manejo sólido.

Dentro de la competencia casi tipo ajedrez que existe en el mercado automotriz mexicano, cada movimiento cuenta y Volkswagen parece haber jugado una carta interesante con el Virtus.
Posicionado estratégicamente como la antesala al icónico Jetta, este sedán compacto llega con la promesa de ofrecer mucho de lo que gusta de su hermano mayor, pero en un paquete más accesible y, en ciertos aspectos, incluso más práctico para el día a día.
Nos pusimos tras su volante para entender a fondo qué ofrece y cómo se planta frente a una competencia, liderada por el superventas Nissan Versa y el recién llegado, pero ya exitoso, Kia K3.
Queda claro que a primera vista, el Virtus proyecta una imagen que resulta familiar dentro de la familia Volkswagen.Tiene líneas limpias, sobrias y con una clara inspiración en el Jetta, lo cual le confiere una apariencia madura y bien plantada.
No busca ser el más llamativo en el diseño, más bien apuesta por una elegancia discreta que seguramente envejecerá bien. Es un auto con trazos muy mesurados, pero que, indudablemente, tiene una presencia sólida en la calle.

Interior: Espacio de sobra
Ahora bien, si por fuera agrada por su sobriedad, es al abrir las puertas donde el Virtus empieza a mostrar sus verdaderos ases bajo la manga. Francamente, el espacio interior es sorprendente para un sedán de su segmento.
Mientras que las plazas delanteras son cómodas y con buena ergonomía, es la segunda fila donde realmente brilla. En concreto, el espacio para las piernas es generosisimo, permitiendo que adultos de buena estatura viajen con un confort inusual en esta categoría.
De hecho, uno podría pensar que está en un auto de un segmento superior. Y esta sensación de amplitud se extiende a la cajuela; sus más de 520 litros de capacidad la convierten en una de las más grandes, si no la más grande, del segmento. Para familias o para quienes necesitan transportar objetos voluminosos con regularidad, este punto es un argumento de venta potentísimo.
Motores para cada necesidad y presupuesto
Pasando al corazón del Virtus, encontramos dos opciones mecánicas. Para la versión de entrada (Trendline), Volkswagen recurre al conocido motor de cuatro cilindros y 1.6 litros atmosférico, que entrega 110 caballos de fuerza y 112 libras-pie de torque por medio de una caja manual de cinco velocidades o a una automática de seis marchas.
En el uso citadino, este motor se desenvuelve con suficiente soltura. Es eficiente, y su entrega de potencia es lineal y predecible. Para el día a día, para ir al trabajo, llevar a los niños al colegio o hacer las compras, cumple su cometido sin problemas, ofreciendo un consumo combinado declarado de 16 km/l, una cifra bastante razonable. En el caso de la caja automática gestiona las marchas de forma suave, priorizando el confort y la eficiencia.
Sin embargo, para quienes buscan un extra de brío, especialmente pensando en salidas a carretera, las versiones Comfortline y Highline (tope de gama) reservan el motor tres cilindros turbo de 1.0 litro.
A pesar de su menor cilindrada, gracias a la magia del turbo, este motor genera 114 caballos de fuerza, una cifra apenas superior al 1.6, pero lo verdaderamente importante son las 131 libras-pie de torque, disponibles desde más bajas revoluciones. Este propulsor va exclusivamente ligado a la caja Tiptronic de seis velocidades. ¿La diferencia? Se siente, y mucho.
Justamente al salir a carretera es donde este pequeño motor turbo saca pecho. Ahí la respuesta es más contundente, las recuperaciones son más ágiles y, crucialmente, al enfrentar pendientes pronunciadas, el auto no se siente forzado. Mantiene el ritmo con mayor facilidad y transmite una sensación de mayor desahogo, volviendo los viajes largos más placenteros.
Aunque el consumo combinado declarado es ligeramente mejor (17 km/l), la verdadera ganancia está en el desempeño dinámico. Es aquí donde el Virtus se siente un auto más moderno y capaz, justificando el desembolso extra para quien valore esa respuesta adicional.
Al Volante: Confort y solidez en marcha
Dinámicamente, el Virtus se apoya en la conocida plataforma MQB-A0 del Grupo Volkswagen, la misma que usan otros modelos como Polo o T-Cross. Esto se traduce en una calidad de marcha muy bien lograda.
En ciudad, filtra correctamente las irregularidades del asfalto, ofreciendo un buen nivel de confort. Esos baches y topes, tan comunes en México, son absorbidos con competencia, sin transmitir vibraciones excesivas al habitáculo.
Al tomar curvas, el auto se siente aplomado y estable, transmitiendo confianza al conductor. Hablando de la dirección es precisa y cumple bien su función tanto en maniobras urbanas como a velocidades de autopista. Toda la sensación general es de solidez y buen control, un equilibrio bien conseguido entre confort y seguridad.
Seguridad: Buena base, asistencias limitadas
En materia de seguridad, Volkswagen ha dotado a todas las versiones del Virtus con un equipamiento base bastante completo, lo cual es digno de aplauso. De serie, incluye seis bolsas de aire (frontales, laterales y de tipo cortina) y la útil función de freno multicolisión, que ayuda a evitar impactos secundarios tras una colisión. Aquí es donde el Virtus planta cara seriamente a sus rivales.
No obstante, hay un “pero”. Los sistemas de asistencia a la conducción más avanzados, como el Asistente de colisión frontal con freno de emergencia, la cámara de visión trasera, el control de velocidad crucero y los sensores de estacionamiento traseros, quedan reservados exclusivamente para las versiones más equipadas (Comfortline y Highline).
Si bien es una práctica común en la industria, en un mercado donde rivales como el K3 están apretando fuerte con equipamiento desde versiones intermedias, nos gustaría ver algunas de estas ayudas disponibles en un rango más amplio de la gama Virtus.
Veredicto final: ¿Para quién es el Volkswagen Virtus?
Este Volkswagen Virtus se presenta como una opción muy sensata y equilibrada dentro del segmento de sedanes compactos. Destaca poderosamente por su habitabilidad y capacidad de carga, convirtiéndolo en una alternativa casi de segmento superior en este aspecto.
Su manejo es confortable y seguro, y la opción del motor TSI añade un plus de rendimiento muy bienvenido para quien sale frecuentemente a carretera. Si bien el motor 1.6 cumple para la ciudad y el equipamiento de asistencia avanzada está limitado a las versiones tope, su sólida base de seguridad de serie y la calidad general de construcción son puntos a su favor.
Así pues, para aquellos conductores o familias que priorizan el espacio por encima de todo, buscan una calidad de marcha refinada y valoran la eficiencia (especialmente con el motor TSI), el Virtus representa una alternativa sumamente interesante y una antesala muy lógica y capaz al Jetta. Definitivamente, es un contendiente que merece ser considerado seriamente frente a los pesos pesados de la categoría.
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