Luces láser para autos: Ventajas y desventajas versus las LED
Antes de elegir el próximo sistema de iluminación, hay que entender cómo funcionan las luces láser, qué se gana (y pierde) frente a las LED.

En el mundo de los autos, la innovación nunca se detiene, y uno de los campos donde más se ha notado es en la iluminación. Atrás quedaron los días de las simples bombillas halógenas para dar paso a la tecnología LED que domina el panorama, ofreciendo eficiencia y una luz blanca bastante competente.
Sin embargo, ya asoma en el horizonte una nueva contendiente: la tecnología láser para los faros. Ante esta novedad, surge inevitablemente la pregunta: ¿qué aportan realmente estas luces láser?, ¿son tan diferentes de las LED?, y sobre todo, ¿justifican su, por ahora, elevado coste?
Pero bueno antes de entrar en el terreno de las luces láser en los autos y que se están poniendo de moda, es importante entender cómo es que realmente trabajan cada una de estas tecnologías.

Entendiendo la tecnología: ¿Cómo funciona cada una?
Para empezar, es útil comprender qué distingue a cada sistema. En las luces LED (Diodo Emisor de Luz) funcionan mediante el paso de corriente eléctrica a través de un material semiconductor, lo que libera energía en forma de fotones, es decir, luz.
Esta tecnología se ha refinado muchísimo, permitiendo diseños complejos y una eficiencia energética notable. Ya son el estándar en muchísimos vehículos, desde los más básicos hasta los de alta gama.
Por otro lado, la tecnología de faros láser, que suena a ciencia ficción, tiene un principio de funcionamiento distinto. En esencia, no es que un rayo láser ilumine directamente la carretera (lo cual sería peligroso e ineficiente).
En lugar de eso, dentro del faro, uno o varios diodos láser de alta intensidad (generalmente de luz azul) disparan su haz hacia un convertidor de fósforo. Este material, al ser excitado por el láser, emite una luz blanca extraordinariamente brillante y pura.
Dicha luz es luego reflejada y proyectada hacia el exterior, conformando el haz de iluminación del coche. Así pues, el láser actúa como fuente de energía para generar esa luz blanca tan potente.

Láser vs. LED
Puestas una frente a la otra, las diferencias saltan a la vista, particularmente en ciertos aspectos clave.
Intensidad y alcance: Aquí es donde el láser muestra su músculo. Un faro láser puede generar una intensidad lumínica muchísimo mayor que un LED, llegando a duplicar o incluso más el alcance. Hablamos de iluminar la carretera hasta 600 metros por delante, una distancia impensable para los sistemas convencionales. Esto, evidentemente, se traduce en una visibilidad nocturna superior, especialmente en carreteras despejadas y a altas velocidades.
Tamaño y diseño: Resulta que los diodos láser son considerablemente más pequeños que los diodos LED necesarios para producir una cantidad de luz comparable. Esta miniaturización otorga a los diseñadores de automóviles una libertad mucho mayor para crear faros más estilizados, compactos y con formas vanguardistas. En consecuencia, los autos equipados con esta tecnología suelen tener una firma lumínica muy distintiva y moderna.
Eficiencia energética: Aunque pueda sorprender, los sistemas láser pueden ser más eficientes energéticamente que los LED si consideramos la cantidad de luz producida por vatio consumido. Es decir, para lograr un nivel de iluminación muy alto, el láser podría requerir menos energía. No obstante, la gestión térmica y la complejidad del sistema completo pueden influir en la eficiencia global.
Color de la luz: Ambos sistemas producen una luz blanca, cercana a la luz diurna, lo que mejora la percepción de los colores y reduce la fatiga visual en comparación con los halógenos. La luz láser a menudo se percibe como ligeramente más fría o azulada, aunque esto depende mucho del convertidor de fósforo utilizado.
Complejidad y disponibilidad: Los sistemas LED son ya una tecnología madura, relativamente sencilla y ampliamente disponible. En cambio, los faros láser son bastante más complejos, incorporan más componentes (láseres, fósforo, sistemas de refrigeración específicos, óptica de precisión) y, por ahora, su producción es más limitada y costosa.

Ventajas: ¿Qué se gana con el láser?
Repasando lo anterior, las ventajas del láser son claras. Primero se tiene ese alcance lumínico espectacular, que proporciona un nivel de seguridad activa por la noche difícilmente igualable.
Permite anticipar obstáculos o curvas con mucha más antelación. A esto se suma la posibilidad de diseños más audaces y compactos para los faros, contribuyendo a la estética y aerodinámica del vehículo.
Finalmente, para algunos conductores, el simple hecho de contar con la última tecnología disponible representa un atractivo en sí mismo, un símbolo de estatus y vanguardia.
Los contras del láser
Claro que no todo es luz brillante. El principal obstáculo para la popularización de los faros láser es su elevadísimo costo. Incorporar esta tecnología puede añadir varios cientos de pesos al precio final del vehículo, haciéndola inaccesible para la inmensa mayoría de los compradores.
Su disponibilidad es muy limitada, restringida a unos pocos modelos y usualmente solo para las luces de carretera (largas), combinándose con LED para las de cruce (cortas).
Debido a su complejidad técnica, también cabe preguntarse por los costos de reparación o sustitución en caso de avería, que presumiblemente serían bastante altos.
Asimismo, la gestión del calor generado por los láseres requiere sistemas de refrigeración específicos, añadiendo otro punto de potencial fallo o mantenimiento.
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