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La historia del Honda RA272: El primer auto japonés que ganó en F1 (y fue en México)

En 1965, un equipo novato de ingenieros de motocicletas silenció a los gigantes europeos en el GP de México. El Honda RA272 no solo ganó; cambió la percepción de la tecnología japonesa para siempre.

La historia del Honda RA272: El primer auto japonés que ganó en F1 (y fue en México)
Luis Hernández del Arco
Actualizado a

El 24 de octubre de 1965 es una fecha grabada con tinta indeleble en los anales del automovilismo. Ese día, en la pista polvorienta y desafiante del Autódromo Hermanos Rodríguez, el mundo de la Fórmula 1, en aquel entonces un club dominado por escuderías europeas, fue testigo de un suceso que parecía improbable, casi una anomalía. +

Un monoplaza blanco con un prominente sol naciente en el morro no solo compitió, sino que dominó de principio a fin. Esta es la crónica de cómo el Honda RA272 se convirtió en el primer auto japonés que ganó en la Fórmula 1, un hito que redefinió la industria automotriz global y validó una filosofía de ingeniería que rayaba en la audacia.

La historia cobra una relevancia especial este año, puesto que Honda celebra el 60 aniversario de aquella victoria. La conmemoración alcanza un punto álgido precisamente en el Gran Premio de México, el próximo 26 de octubre, donde el piloto Yuki Tsunoda tendrá el honor de conducir esa misma máquina histórica, el RA272, cerrando un círculo de seis décadas.

Para entender la magnitud de lo que sucedió en 1965, es necesario retroceder y observar el contexto: Honda, en aquel momento, era fundamentalmente un fabricante de motocicletas; la compañía apenas había comenzado a vender automóviles.

La historia del Honda RA272: El primer auto japonés que ganó en F1 (y fue en México)

El sueño temerario de un fabricante de motocicletas

La incursión de Honda en la Fórmula 1 en 1964 fue recibida con una mezcla de curiosidad y escepticismo. Soichiro Honda, el carismático fundador, poseía una visión clara: consideraba las carreras como el crisol definitivo para forjar y perfeccionar la tecnología y, de igual importancia, para capacitar a sus ingenieros. Deseaba competir en el escenario mundial, y no había escenario más grande que la F1.

El primer intento, el RA271 de 1964, fue un aprendizaje brutal. El coche era pesado y poco fiable. Para la temporada de 1965, el desafío parecía aún más monumental. El equipo, compuesto en gran parte por ingenieros de motocicletas que aprendían sobre la marcha la compleja dinámica de un chasis de cuatro ruedas, se enfrentaba a gigantes establecidos como Lotus, BRM y Ferrari. El desafío, visto desde fuera, parecía temerario.

Honda decidió persistir. Para 1965, desarrollaron el RA272. Era una evolución de su predecesor, diseñado para la segunda temporada de la marca en la categoría. Mantuvieron la filosofía de hacerlo todo “en casa”: chasis, motor y equipo eran enteramente japoneses. Esta independencia era parte del orgullo de Soichiro Honda, aunque también representaba una curva de aprendizaje increíblemente empinada, aislados de la experiencia y los proveedores especializados de Europa.

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La bestia V12: El corazón del Honda RA272

El verdadero protagonista de esta historia se encontraba alojado justo detrás del piloto: el motor. Mientras la mayoría de los competidores optaban por motores V8, los ingenieros de Honda, fieles a su experiencia en motocicletas de alta cilindrada, concibieron una auténta joya de la relojería mecánica. El RA272 estaba impulsado por un motor V12 de 1.5 litros, montado de forma inusual en posición transversal.

Esta configuración ya era singular, pero las cifras eran lo que realmente asombraba a los paddocks. El motor era capaz de producir 230 caballos de fuerza, una cifra astronómica para un 1.5 litros de la época, convirtiéndolo en el motor más potente de toda la parrilla. Aún más impresionante era el régimen al que lo entregaba: era famoso por su capacidad de gritar hasta las 12,000 revoluciones por minuto, un aullido agudo y penetrante que contrastaba marcadamente con el sonido más grave de los V8 británicos.

Esta maravilla técnica, diseñada por un equipo dirigido por el propio Soichiro Honda, era una obra de arte. Puesto que provenía de mentes acostumbradas a las motocicletas, utilizaba tecnologías innovadoras. Era un motor que respiraba con una eficiencia increíble. El chasis era un monocasco de aluminio, también avanzado. El vehículo, en teoría, era una amenaza.

En la práctica, la temporada de 1965 fue una cadena de frustraciones. El RA272 era potente, pero también padecía de sobrepeso y problemas de fiabilidad. El talentoso piloto estadounidense Richie Ginther, conocido por su sensibilidad mecánica, luchó durante todo el año, abandonando en la mayoría de las carreras y logrando apenas un par de sextos puestos. El sueño japonés parecía desvanecerse entre el humo de los motores rotos.

Especificaciones técnicas del motor

  • Configuración: V12 de 1.5 litros
  • Montaje: Posición transversal (inusual para la época)
  • Potencia: 230 hp (el más potente de toda la parrilla)
  • Revoluciones máximas: 12,000 rpm
  • Sistema de alimentación: Inyección de combustible (avanzado para 1965)
  • Diseño: Obra de arte mecánica dirigida por el propio Soichiro Honda
La historia del Honda RA272: El primer auto japonés que ganó en F1 (y fue en México)

El Gran Premio de México: La tormenta perfecta en la altitud

El equipo llegó a México para la última carrera de la temporada, el 24 de octubre, sin grandes expectativas. Fue entonces cuando el escenario de la hazaña se alineó perfectamente. La Ciudad de México, situada a más de 2,200 metros sobre el nivel del mar, presenta un desafío único: el aire es delgado. Los motores atmosféricos de la época, dependientes de carburadores, sufrían una pérdida de potencia drástica.

Aquí, la meticulosidad japonesa y la avanzada tecnología de Honda marcaron la diferencia. Los ingenieros europeos luchaban por hacer que sus carburadores Weber funcionaran correctamente en la atmósfera tenue.

Los ingenieros de Honda, bajo la dirección de Yoshio Nakamura, tenían una ventaja: el RA272 utilizaba un sofisticado sistema de inyección de combustible, derivado de su experiencia en motocicletas. Ajustaron meticulosamente el motor para las condiciones de baja presión, logrando que el V12 respirara con una eficiencia que ningún otro motor pudo igualar ese día.

Richie Ginther calificó en la tercera posición. Al apagarse las luces, el RA272 salió disparado. Ginther tomó la delantera en la primera curva y, sencillamente, desapareció en el horizonte.

Lo que siguió fue una demostración de dominio absoluto. Ginther lideró cada una de las 65 vueltas de la carrera. El motor V12 no falló; el chasis se comportó a la perfección. Cuando el piloto estadounidense cruzó la línea de meta, no solo había ganado la carrera, sino que había hecho historia. Era la consagración del primer auto japonés que ganó en la Fórmula 1. Fue, de hecho, la primera victoria para un auto, motor y equipo japoneses en la cumbre del automovilismo.

La emoción fue tal que el telegrama enviado por Nakamura a la sede de Honda en Tokio se hizo famoso, una adaptación de la frase de Julio César: “Veni, Vidi, Vici” (Llegué, Vi, Vencí).

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El legado

Este triunfo fue mucho más que un simple resultado deportivo. Fue la validación definitiva de la filosofía de Honda. Demostró al mundo, y quizás lo más importante, se demostró a sí misma, que la ingeniería japonesa no solo podía competir, sino que podía innovar y ganar al más alto nivel.

El primer auto japonés que ganó en la Fórmula 1 no fue una casualidad; fue el resultado de una audacia calculada, de una inversión en ingeniería pura y de una persistencia incansable. Esta victoria subrayó el compromiso de Honda con la innovación y cambió para siempre la percepción global de la tecnología automotriz japonesa. Fue un golpe de autoridad que resonó desde México hasta Tokio, inspirando a una nueva generación de ingenieros.

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Casi sesenta años después, cuando el sonido agudo de ese V12 de 12,000 rpm vuelva a escucharse en el Autódromo Hermanos Rodríguez conducido por Yuki Tsunoda, será un recordatorio potente de que los desafíos más temerarios, cuando se enfrentan con ingenio y determinación, pueden resultar en las victorias más gloriosas.

El primer auto japonés que ganó en la Fórmula 1 sigue siendo, con justicia, un símbolo de la excelencia en ingeniería.

Datos interesantes del Honda RA272

  • Motor innovador: V12 de 1.5 litros montado transversalmente.
  • Potencia: Producía 230 CV, siendo el motor más potente de la parrilla de 1965.
  • Altas revoluciones: Famoso por alcanzar las 12,000 rpm, un régimen muy superior al de sus competidores V8.
  • El piloto: Richie Ginther (EE. UU.) fue el encargado de llevar el auto a la victoria.
  • El escenario: Gran Premio de México de 1965, en el Autódromo Hermanos Rodríguez.
  • La ventaja clave: La inyección de combustible de Honda funcionó a la perfección en la gran altitud de la Ciudad de México, mientras los motores carburados de la competencia perdían potencia.
  • Dominio total: Ginther lideró la carrera de principio a fin (todas las 65 vueltas) desde la tercera posición de salida.
  • Hito triple: Fue la primera victoria para un constructor, un motor y un equipo japoneses en la historia de la F1.
  • Contexto de Honda: Sucedió en la segunda temporada de Honda en la F1; la compañía había comenzado a fabricar autos solo dos años antes, en 1963.
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