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Japan Mobility Show: La historia del Auto Show de Tokio

Un vistazo a la historia del evento que ha marcado el camino de la movilidad en el mercado automotor japonés.

Luis Hernández del Arco
ldelarco
México

En el lejano 1954, un evento trascendental tuvo lugar en el parque Hibiya de Tokio: el primer Auto Show o Salón del Automóvil de Japón, la exposición que marcó un punto de inflexión en la historia de la industria automovilística japonesa.

En una época en la que la mayoría de la población japonesa anhelaba adquirir símbolos de estatus como un refrigerador, una lavadora y una aspiradora, el automóvil era un sueño distante para la mayoría.

No obstante, la visión de los empresarios del sector automotor de Japón era clara: desarrollar y producir vehículos de fabricación nacional.

El antes y después

Como parte de este plan, en 1954, se decidió crear el Auto Show de Japón reuniendo a 254 empresas japonesas dispuestas a mostrar sus avances en la industria.

En esta primera edición, se exhibieron 267 vehículos de motor, entre ellos, 17 automóviles, aunque la mayoría de las presentaciones se centraron en camiones y motocicletas.

A pesar de la limitada disponibilidad de automóviles en ese momento, el evento atrajo a casi 550,000 visitantes durante sus 10 días de duración, cantidad que rebasó las expectativas.

Este éxito demostró que había una demanda latente y un interés considerable en los vehículos motorizados de fabricación japonesa.

Con el respaldo de esta demanda latente y el interés del público, los empresarios de la industria se dieron cuenta de que tenían el potencial para desarrollar y comercializar vehículos fabricados en Japón en un futuro cercano.

La industria del automóvil en Japón

Sin lugar a dudas, el primer Auto Show de Tokio ahora nombrado Japan Mobility Show representó un hito crucial en la historia de la industria automovilística de Japón.

En un momento en el que la mayoría de la población japonesa anhelaba tener enseres, el sueño de poseer un automóvil se estaba gestando, algo que quedó demostrado con la exhibición exitosa y la respuesta del público deseoso por los vehículos fabricados en Japón.

Esto allanó el camino para el crecimiento y desarrollo de la industria automovilística japonesa en las décadas venideras, convirtiéndola en una de las más importantes a nivel mundial.