Embrague o clutch del auto: Cómo funciona y cuándo cambiarlo
Al igual que cualquier otra pieza del automóvil, el embrague tiene una vida útil limitada y, tarde o temprano, llegará el momento de reemplazarlo.
Dentro del motor de un auto, donde diversas piezas se entrelazan con precisión, existe un componente que, si bien puede parecer discreto, desempeña un papel fundamental en la experiencia de conducción: el clutch o embrague.
Este mecanismo, a menudo subestimado, es el responsable de conectar y desconectar la potencia del motor a la transmisión, permitiendo así el cambio de marchas y un arranque suave.
Para comprender su funcionamiento, basta imaginar que se va pedaleando en bicicleta cuesta arriba y se necesita cambiar a una velocidad más ligera para que sea más fácil subir. ¿Qué se hace? Usar las palancas de cambio para ajustar la relación entre los pedales y la rueda trasera, ¿verdad?
Clutch del auto: Cómo funciona
Pues bien, el embrague en un auto funciona de forma parecida a esas palancas de cambio, pero con una diferencia fundamental. En la bicicleta, uno mismo detiene el movimiento de los pedales un instante para que la cadena se acople a otro piñón. En un vehículo, el embrague se encarga de esa “pausa” en la transmisión de la fuerza.
Digamos que el motor es como las piernas pedaleando, y las ruedas son la llanta trasera de la bicicleta. Cuando se pisa el pedal del embrague, es como si se “desconectara” las piernas de los pedales por un momento, permitiendo cambiar la marcha sin que la bicicleta (el auto) se detenga bruscamente o se dañen los engranajes.
Al soltar el pedal del embrague, se vuelven a “conectar” las piernas a los pedales, transmitiendo la fuerza a la rueda trasera y permitiendo que la bicicleta (el auto) avance con la nueva velocidad seleccionada.
En términos más técnicos, el embrague está compuesto por un conjunto de piezas que trabajan en armonía. En el caso del disco de embrague, con sus caras recubiertas de un material de fricción, se encuentra entre el volante motor, conectado al motor, y el plato de presión, que lo presiona contra el volante.
Al pisar el pedal del embrague, se libera la presión sobre el disco, permitiendo que este se separe del volante y, por ende, se interrumpa la transmisión de potencia. Al soltar el pedal, el disco vuelve a ser presionado contra el volante, restableciendo la conexión y transmitiendo la fuerza del motor a las ruedas.
Es importante destacar que el embrague es un componente de desgaste, ya que el material de fricción del disco se va erosionando con el uso. Un embrague en buen estado garantiza un arranque suave, cambios de marcha fluidos y una conducción confortable. No obstante, con el tiempo y el kilometraje, el embrague comienza a mostrar signos de fatiga, lo que puede afectar al rendimiento del vehículo e incluso comprometer la seguridad.
Clutch del auto: Cuándo cambiarlo
Ahora bien, ¿cómo podemos saber cuándo es momento de cambiar el embrague? Existen varias señales que pueden alertar sobre su estado. Una de las más evidentes es el patinaje del embrague.
Esto ocurre cuando, al acelerar, el motor sube de revoluciones pero la velocidad del vehículo no aumenta en la misma proporción, como si el motor estuviera “desconectado” de las ruedas. Este fenómeno se debe a que el disco de embrague ha perdido capacidad de agarre y no puede transmitir la potencia de forma eficiente.
Otro síntoma común es la dificultad para cambiar de marcha. Si se nota que las marchas entran con dificultad, rasgan o se resisten, es posible que el embrague no se esté desacoplando completamente, lo que impide una transición suave entre las diferentes velocidades.
Asimismo, un pedal de embrague duro o esponjoso puede ser indicativo de problemas en el sistema hidráulico o en el cable del embrague. Si el pedal se siente inusualmente duro, puede que el cable esté desgastado o que la prensa del embrague esté defectuosa. Por otro lado, si el pedal se siente blando o se hunde con facilidad, es posible que haya una fuga en el sistema hidráulico.
Finalmente, un ruido extraño al pisar o soltar el pedal también puede ser una señal de alerta. Un chirrido o un zumbido pueden indicar un problema en el cojinete de empuje o en otros componentes del sistema.
Cambiar el embrague no es una tarea sencilla, ya que requiere desmontar parte de la transmisión. Por ello, es importante confiar esta labor a un mecánico calificado que cuente con las herramientas y la experiencia necesaria para realizar la reparación de forma correcta.
Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todo el deporte en un solo espacio: la actualidad del día, la agenda con la última hora de los eventos deportivos más importantes, las imágenes más destacadas, la opinión de las mejores firmas de AS, reportajes, vídeos, y algo de humor de vez en cuando.