¿Cómo Toyota está transformando vidas en Guerrero?
La devastación que dejaron los huracanes Otis y John en Guerrero aún se siente, pero la esperanza renace gracias a la solidaridad.

Más allá de ser reconocida como la marca de autos más vendida a nivel global y famosa por la durabilidad de sus vehículos, Toyota ha demostrado un compromiso constante con la responsabilidad ambiental.
Por consiguiente, su innovación en sistemas híbridos es un claro ejemplo de su búsqueda por mitigar el impacto ambiental, tanto en la calidad del aire como en la protección de los recursos naturales -está más que comprobado que los autos eléctricos no son la solución al problema-.
Sin embargo, la responsabilidad de Toyota no se limita al medio ambiente, sino que también abarca el ámbito social, buscando activamente mejorar la calidad de vida de las personas.
En México, la marca japonesa, a través de su Fundación Toyota, ha canalizado sus esfuerzos para apoyar a la sociedad y a diversas organizaciones en áreas clave como educación, movilidad, medio ambiente y, más recientemente, la reconstrucción de Guerrero tras el azote de los huracanes Otis y John.
En colaboración con la organización TECHO, Toyota, mediante su fundación, ha impulsado la construcción de viviendas para donarlas a aquellos que, incluso después de un año y medio de los desastres naturales, seguían sin un hogar tras perder su patrimonio.

Testimonios de un compromiso real
Durante una visita a la zona, se pudo constatar el impacto tangible de esta iniciativa. Representantes de Toyota México, junto con distribuidores locales y miembros de TECHO, compartieron sus experiencias y reflexiones sobre el proceso de reconstrucción.
“Cuando OTIS llegó a Acapulco en 2023, sabíamos que México se enfrentaba a una situación sin precedentes en términos de desastres naturales”, comentaron. La particularidad de OTIS radicó no sólo en su llegada repentina, sino también en la incapacidad de la preparación local para satisfacer las necesidades de manera inmediata. La comunidad entera, incluyendo los equipos de respuesta, se vio afectada, dejando a Acapulco y sus alrededores sin ambulancias, sistema de protección civil, luz y, prácticamente, sin nada.
A pesar de la distancia, desde la Ciudad de México, Toyota y su red de distribuidores comprendieron la urgencia de actuar de inmediato, pero también de establecer un compromiso a mediano y largo plazo.
Por lo tanto, decidieron unir fuerzas con TECHO, una organización de la sociedad civil internacional con amplia experiencia en intervenciones comunitarias durante y después de desastres.
“La colaboración con Un Techo Para Mi País” nos permitió incidir en la recuperación del tejido social y apoyar de manera directa el bienestar de las familias y la comunidad”, explicó Marisol Blanco, directora de Fundación Toyota México. El modelo de TECHO, a su vez, se alinea con el objetivo de Toyota de generar un impacto sostenible a mediano y largo plazo.
Gracias a la aportación de Toyota y su red de distribuidores, se construyeron siete casas. Si bien podría parecer una cifra modesta, el impacto en la comunidad es inmenso. Estas siete familias ahora cuentan con un lugar seguro y digno, un entorno propicio para satisfacer sus necesidades básicas y, lo que es más importante, contribuir a la recuperación de su comunidad.

La voz de los afectados y la resiliencia comunitaria
La experiencia de los habitantes de Guerrero tras los huracanes fue, en palabras de muchos, “catastrófica” y “desgarradora”, pues perdieron todo. Y todo es todo. Más allá de las necesidades materiales, las secuelas psicológicas persisten y, probablemente, perdurarán por mucho tiempo.
Como muestra, un trabajador del distribuidor de Toyota Acapulco perdió su casa dos veces, primero con Otis y luego con John. A pesar de estas adversidades, la comunidad ha demostrado una resiliencia admirable. La colaboración y el tejido de lazos comunitarios han sido fundamentales para salir adelante.
Por ende, la entrega de estas viviendas representa un hito significativo en el proceso de reconstrucción. Es un testimonio del compromiso de Toyota con la sociedad mexicana y su capacidad para generar un impacto positivo en la vida de las personas.
Solo para tener una idea del impacto que tiene este proyecto, es que estas viviendas han hecho “ricas” a las personas, como bien lo comentó una de las familias beneficiadas. No hay un duda que un techo, les cambiará la vida.

El modelo de TECHO
TECHO, una organización con raíces en Chile y presencia en México desde hace 17 años, ha demostrado su compromiso con las comunidades afectadas por desastres naturales. Desde entonces, su enfoque se centra en brindar apoyo a aquellos que lo han perdido todo, construyendo viviendas y, lo que es más importante, fomentando la creación de hogares.
Según representantes de TECHO, el proceso de construcción en Guerrero fue desafiante. Aun así, la participación de voluntarios, incluso en condiciones adversas, fue conmovedora. “Saber que estás dejando un legado para una familia y que aquí pueden hacer su hogar después de que lo perdieron, te hace valorar lo que tú tienes más”, expresaron las representantes de esta organización.
Aparte de crear casas, el trabajo de TECHO se enfoca en el desarrollo comunitario y en la creación de un tejido social sólido. Por ejemplo, la participación de los vecinos en la construcción de las casas es un elemento clave para fortalecer la cohesión comunitaria.
El impacto de la responsabilidad social corporativa
Esta iniciativa de Toyota en Guerrero es un claro ejemplo de cómo la responsabilidad social corporativa puede trascender la mera filantropía y convertirse en un motor de cambio social. Al colaborar con una organización como TECHO, Fundación Toyota México ha demostrado su compromiso con la reconstrucción de la comunidad y el bienestar de las personas afectadas.
Sin embargo, es importante destacar que la reconstrucción de Guerrero es un proceso complejo y multifacético. Si bien la construcción de viviendas es un paso crucial, también es necesario abordar otras necesidades, como la reactivación económica, la atención psicológica y la prevención de futuros desastres.
En este sentido, la labor de Toyota y TECHO debe ser vista como parte de un esfuerzo colectivo que involucra a diversos actores, incluyendo al gobierno, a la sociedad civil y a la comunidad en general.

Para cerrar
Esta iniciativa de Toyota en Guerrero es un ejemplo inspirador de cómo el sector privado puede contribuir a la reconstrucción de comunidades afectadas por desastres naturales.
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Por medio de su fundación, Toyota México ha demostrado su compromiso con la sociedad mexicana, no solo a través de la construcción de viviendas, sino también a través del fomento de la resiliencia comunitaria y el desarrollo sostenible.
Mirando hacia el futuro, es fundamental que este tipo de iniciativas se multipliquen y que se fortalezcan los lazos de colaboración entre el sector privado, la sociedad civil y el gobierno para construir un México mejor, más resiliente y preparado para enfrentar los desafíos del futuro.
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