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Cómo Mazda conquistó México en 20 años: Toda una historia de éxito

De una discreta oficina a un gigante de la industria, la historia de la firma japonesa es un relato de paciencia, estrategia y una profunda conexión con el conductor, personificada en la trayectoria de su CEO, Miguel Barbeyto.

Cómo Mazda conquistó México en 20 años: Toda una historia de éxito
Mazda
Luis Hernández del Arco
Actualizado a

Corría el año 2005 y el panorama automotriz mexicano, aunque competido, parecía tener a sus protagonistas bien definidos. En esta época, una marca japonesa comenzaba a operar con una filosofía distinta, sin la intención de devorar el mercado de un solo bocado, sino de conquistarlo conductor a conductor. Así iniciaba su recorrido Mazda de México, con una aproximación que hoy, dos décadas después, se revela como una de las estrategias más sólidas y exitosas de la industria nacional.

Aquella aventura, que comenzó con un puñado de soñadores en un pequeño espacio dentro de las oficinas de Ford (hay que recordar que en ese tiempo Mazda pertenencia a Ford) en Santa Fe, es ahora una operación robusta, un referente de calidad y un pilar fundamental para la corporación a nivel mundial.

La historia de Mazda en México es una crónica de crecimiento orgánico. Es el reflejo de una cultura japonesa que valora la mejora continua y la paciencia. No hubo golpes de timón espectaculares ni campañas de marketing desmedidas; en su lugar, se ejecutó un plan meticuloso, paso a paso, construyendo una reputación basada en la fiabilidad, un diseño que apela a la emoción y una experiencia de manejo que crea un vínculo único entre el auto y quien lo conduce.

Este enfoque ha permitido que Mazda no solo crezca, sino que se asiente firmemente en el gusto del consumidor mexicano, escalando posiciones hasta colocarse entre las seis marcas más vendidas del país.

Cómo Mazda conquistó México en 20 años: Toda una historia de éxito

El origen de un gigante discreto

El inicio de las operaciones fue sumamente modesto. Un equipo pequeño, con recursos limitados pero una visión clara, se encargaba de todas las labores, desde la logística hasta la atención a los primeros distribuidores. Era una estructura ágil y eficiente, donde cada miembro desempeñaba múltiples roles, impulsados por la convicción de que tenían un producto diferente en las manos.

Aquella filosofía “Zoom-Zoom” no era solo un eslogan; representaba la promesa de que manejar un Mazda sería siempre una experiencia divertida y emocionante.

Esa promesa caló hondo en un mercado que buscaba alternativas a lo tradicional. Modelos como el Mazda3 y el icónico MX-5 comenzaron a construir una base de seguidores leales que valoraban la dinámica de conducción y un diseño que se sentía mucho más premium que el de sus competidores directos.

Fue precisamente esta conexión emocional la que cimentó el camino para una expansión que pocos habrían imaginado en aquel entonces. El éxito inicial fue tan contundente que México rápidamente se convirtió en un mercado prioritario para la corporación en Hiroshima.

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Foto: Mazda

Miguel Barbeyto: El timón del crecimiento

Para entender la evolución de Mazda de México, es indispensable hablar de la figura de Miguel Barbeyto. Su trayectoria es paralela a la de la propia empresa, un testimonio de crecimiento y liderazgo forjado a través de los desafíos.

Barbeyto, quien comenzó colaborando de forma externa para la marca en sus inicios, personifica el espíritu de la compañía. Conoce cada engranaje de la operación porque ha sido parte de ella desde sus cimientos.

Su ascenso a la presidencia no fue fortuito; fue el resultado de una carrera dedicada a construir la marca, culminando en un momento crucial tras el lamentable fallecimiento de su mentor, Leopoldo “Polo” Orellana.

Bajo su liderazgo, la empresa ha enfrentado algunas de las pruebas más duras. “En el 2008-2009 fue la crisis financiera y la sobrepasamos”, recuerda Barbeyto, evocando momentos de incertidumbre que, en retrospectiva, solo fortalecieron al equipo. “Luego, en el 2012, el gran tsunami en Japón, que nos afectó a todas las empresas japonesas. En el 2020, COVID, y ahí no había un libro de texto que te dijera qué hacer”.

Cada crisis fue una lección que consolidó una cultura de resiliencia. Barbeyto habla de la empresa como un “hijo chiquito” que ha crecido hasta convertirse en un joven maduro y respetado.

Esta visión humana es la que define el liderazgo dentro de la organización, donde los logros se celebran como victorias familiares y los sacrificios se asumen como parte del compromiso colectivo.

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Foto: Mazda

La estrategia del crecimiento orgánico y la conquista del mercado

El punto de inflexión para la marca en México llegó con una decisión estratégica de gran envergadura: la construcción de una planta de manufactura en Salamanca, Guanajuato.

Inaugurada en 2014, esta instalación no solo representó una inversión millonaria, sino la confianza absoluta de la casa matriz en el potencial del mercado mexicano y en la calidad de la mano de obra local.

La planta de Silao se convirtió en un pilar fundamental, produciendo vehículos no solo para el mercado interno, sino para más de 30 países, y consolidando a México como el tercer mercado más importante para Mazda a nivel global.

Este crecimiento ha sido, como insiste Barbeyto, orgánico. “No es una marca que de repente pum y luego baja, es una marca que ha ido creciendo a lo largo de los 20 años de una manera muy orgánica”.

Esta estabilidad es lo que le ha permitido a Mazda de México navegar en un mercado cada vez más complejo. Barbeyto utiliza una analogía elocuente: “Hoy vas al supermercado, ¿qué cereal escojo? ¿Con azúcar, sin azúcar? ¿Con gluten, sin gluten? La industria automotriz es lo mismo”.

En medio de una avalancha de nuevas marcas, tecnologías y productos, la diferenciación de Mazda no radica únicamente en las especificaciones del vehículo, sino en la experiencia integral.

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Foto: Mazda

Resiliencia japonesa en suelo mexicano

El camino de estos 20 años no ha estado exento de dificultades. La crisis financiera global, los desastres naturales en Japón, la pandemia, la escasez de semiconductores y los desafíos logísticos han sido olas constantes que han amenazado con desestabilizar la operación.

Y, aun así, cada desafío fue superado. La capacidad de adaptación del equipo en México ha sido clave. Durante la pandemia, por ejemplo, implementaron estrategias innovadoras para mantener el contacto con los clientes y asegurar la continuidad del negocio, saliendo de la crisis fortalecidos y catapultados hacia nuevos récords de ventas.

Barbeyto ve el futuro de la industria como una “gran ola” que traerá consigo nuevas tecnologías, tendencias y competidores. “Hay que aprovecharlos, pero también llega esa ola que, cuando haga impacto en tierra, se va a llevar lo malo”, reflexiona.

La estrategia es clara: mantener los pies bien aterrizados, adoptar las innovaciones que se alineen con la filosofía de la marca y desechar aquello que no aporte valor al cliente. Esta mentalidad de renovación constante es lo que prepara a Mazda para los próximos 20 años, un periodo que promete ser aún más transformador para la industria automotriz.

La experiencia del cliente como pilar

En un mercado tan saturado, el verdadero diferenciador a largo plazo es el servicio posventa. Es aquí donde Mazda de México está poniendo su enfoque para la siguiente etapa de madurez. El objetivo no es solo vender autos, sino asegurar que la experiencia de ser propietario de un Mazda sea impecable.

“Lo que no es comparable es que en la posventa estos lo hacen bien, porque me aprueban las garantías cuando falla el producto. Porque reparan los vehículos bien a la primera. Porque siempre hay cita. Porque el precio es accesible”, enfatiza Barbeyto.

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Este compromiso con el cliente es la culminación de su filosofía. Se trata de no vender un problema, sino una solución de movilidad confiable y placentera.

Hoy, con una gama de productos que va desde el ágil Mazda2 hasta la imponente CX-90 y una nueva pick-up, la marca japonesa no solo celebra dos décadas de éxito, sino que se posiciona con una fuerza inusitada para liderar la próxima evolución de la conducción en México.

  • Inicio de operaciones: Mazda comenzó su camino en México en 2005 con un equipo fundador de solo siete personas.
  • Crecimiento exponencial: Hoy, la empresa cuenta con más de 10,000 colaboradores, 77 puntos de venta y ha vendido cerca de un millón de vehículos en el país.
  • Planta de manufactura: En 2014 se inauguró la planta de Salamanca, Guanajuato, la más grande de Mazda fuera de Japón.
  • Producción clave: La planta ha fabricado casi dos millones de vehículos (Mazda2, Mazda3 sedán, Mazda CX-3 y Mazda CX-30) para el mercado local y más de 30 países.
  • Récord de ventas: En 2024, Mazda de México rompió su récord histórico de ventas con 99,797 unidades.
  • Importancia global: México se ha consolidado como el tercer mercado más importante para la corporación a nivel mundial, solo después de Estados Unidos y Japón.
  • Liderazgo: Miguel Barbeyto, actual presidente, ha sido una figura central en el crecimiento de la marca, asumiendo el liderazgo tras el fallecimiento del fundador, Leopoldo ‘Polo’ Orellana.
  • Filosofías japonesas: La marca se rige por conceptos clave como el diseño Kodo (alma en movimiento), Jinba-ittai (unidad entre jinete y caballo) y Omotenashi (hospitalidad anticipada).
  • Hitos importantes:
    • 2017: Miguel Barbeyto asume la presidencia.
    • 2020: Sale la unidad un millón de la planta de Salamanca.
    • 2025: Celebración del 20º aniversario y lanzamiento de su área de Responsabilidad Social, Mazda Kokoro.
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