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4 décadas, 6,600 empleos: La historia de Honda en México

Así se ha forjado la historia de la firma japonesa en el país, un relato de inversión, resiliencia y compromiso que hoy se traduce en más de 6,600 empleos y una plataforma de exportación de calidad mundial.

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No hay duda que el relato de una empresa en un país a lo largo de cuarenta años se parece mucho a la vida de una persona. Hay un comienzo lleno de expectativas, un período de crecimiento y aprendizaje, momentos de expansión y consolidación, y también desafíos inesperados que ponen a prueba el carácter.

Precisamente, la trayectoria de Honda en México es una de esas crónicas, una historia que comenzó a escribirse en 1985 y que hoy representa un pilar fundamental en el panorama industrial del país, tejiendo una relación profunda con la economía y la sociedad mexicana.

Más allá de ser una llegada fortuita, el establecimiento de Honda de México fue el resultado de una visión estratégica. En aquel entonces, la compañía japonesa vio en el territorio nacional un potencial que iba más allá de un simple mercado. Se trataba de construir un centro de operaciones con identidad propia.

De esta manera, el 10 de septiembre de 1985 quedó marcado como el día cero, el momento en que se sentaron las bases para un proyecto que, con el tiempo, emplearía a más de 6,600 asociados y se convertiría en un motor de desarrollo tecnológico y humano.

El origen de un gigante en Jalisco

La aventura industrial de Honda no arrancó directamente sobre cuatro ruedas, sino sobre dos. La primera gran apuesta se materializó en El Salto, Jalisco, un municipio enclavado en el área metropolitana de Guadalajara. Allí, en 1986, comenzó la construcción de la que sería la primera planta de la firma en el país.

El enfoque inicial fue la producción de motocicletas y autopartes, un movimiento inteligente que permitió a la marca conectar con un segmento de movilidad esencial para México. Para 1988, las primeras motocicletas con el sello “Hecho en México” ya rodaban por las calles, sentando las bases de una reputación centrada en la durabilidad y la eficiencia.

El verdadero punto de inflexión llegaría en 1995. Ese año, la planta de El Salto vivió una transformación histórica al iniciar la manufactura de automóviles. El primer vehículo en salir de la línea de producción fue el icónico Honda Accord, un sedán que rápidamente se ganó la confianza del consumidor mexicano. A partir de ese momento, Honda en México dejó de ser exclusivamente un fabricante de motocicletas para convertirse en un jugador integral de la industria automotriz.

La planta jalisciense se consolidó como un centro neurálgico, obteniendo certificaciones de calidad como la ISO 9002 en 1998 y la ambiental ISO 14000 en 2001, demostrando que el compromiso con la excelencia era parte de ADN.

La expansión hacia el Bajío

Con una demanda creciente y una visión de futuro, la operación en Jalisco, aunque exitosa, requería un complemento. La mirada de la compañía se dirigió entonces hacia el corazón del país, al dinámico corredor industrial del Bajío. Celaya, Guanajuato, fue la ciudad elegida para albergar la segunda y más moderna instalación de manufactura de la empresa.

La construcción, iniciada en 2012, culminó con la inauguración de la planta en 2014, una instalación de vanguardia dedicada a la producción de vehículos, motores y, un año después, transmisiones.

Esta nueva planta no solo representó un aumento en la capacidad productiva, sino que también solidificó el papel de México como una pieza clave en la red global de Honda. De sus líneas de ensamblaje salieron modelos de gran volumen como el versátil Honda Fit y el popular SUV Honda HR-V.

La vida de la planta de Celaya también tuvo un capítulo que definió su carácter: la inundación de 2018. Aquel evento, que obligó a detener por completo las operaciones, se convirtió en una demostración palpable del famoso “Espíritu desafiante” de la compañía.

La recuperación, lograda gracias al esfuerzo titánico de sus colaboradores, fortaleció el vínculo entre la empresa y su gente, demostrando una resiliencia admirable.

Hoy, esta planta no solo fabrica el HR-V, sino que también tiene el honor de producir el Acura ADX, el primer modelo de la marca de lujo de Honda fabricado en suelo mexicano.

Más que autos

Para entender la verdadera dimensión de Honda en México, es necesario mirar el panorama completo. La marca ha logrado construir un ecosistema que atiende diversas necesidades de movilidad y trabajo. Las motocicletas, que fueron el punto de partida, siguen siendo una división fundamental.

Modelos como la Cargo, la Dio o la XR150L son herramientas de trabajo y transporte para miles de personas, con producción tanto para el mercado local como para exportación a Estados Unidos y Canadá.

A esto se suman los Productos de Fuerza, una gama de motores y equipos que, aunque menos visibles que los autos, desempeñan un papel crucial en sectores como la agricultura y la construcción.

Esta diversificación ha permitido a Honda llegar a más de 4.5 millones de clientes en estas cuatro décadas, consolidando una presencia en la vida cotidiana de los mexicanos que va mucho más allá de las carreteras.

Toda esta operación se sostiene sobre una robusta red de más de 300 distribuidores a lo largo y ancho del territorio nacional, garantizando que la experiencia de servicio esté a la altura de la calidad de los productos.

El impacto de Honda en México

El legado de estas cuatro décadas se mide en cifras, pero también en impacto social y económico. Los más de 6,600 empleos directos son el rostro humano de la inversión, representando oportunidades de desarrollo profesional y estabilidad para miles de familias en Jalisco y Guanajuato.

La filosofía de la empresa se ha centrado en la capacitación continua y el desarrollo del talento local, confiando en la capacidad de la mano de obra mexicana para cumplir con los más altos estándares globales.

Gracias a ello, México se ha transformado en una plataforma de exportación de clase mundial para la corporación. Los vehículos y componentes producidos aquí viajan a mercados tan exigentes como Estados Unidos y Canadá, así como a diversos países de América Latina.

Esta confianza en la producción nacional no es casualidad; es el fruto de un proceso de mejora continua y de una inversión constante en tecnología. Cada auto, motocicleta o motor que sale de las plantas mexicanas lleva consigo un sello de calidad y confiabilidad que ha sido la mejor carta de presentación de la marca.

Datos relevantes de cuatro décadas

  • 1985 – Se establece Honda de México, S.A. de C.V.
  • 1986 – Comienza la construcción de la planta de motocicletas y autopartes en El Salto, Jalisco.
  • 1988 – Inicia la producción de motocicletas y autopartes.
  • 1995 – Arrancan las operaciones de manufactura de automóviles en México, en la Planta de El Salto
  • 1995 – Primer auto de Honda vendido en México, el Honda Accord.
  • 1997 – Honda introduce un segundo modelo, el Honda Civic.
  • 1998 – La Planta de El Salto obtiene la certificación de calidad ISO 9002.
  • 2000 – Comienzan las exportaciones del Honda Accord a Estados Unidos.
  • 2001 – La Planta de El Salto obtiene la certificación ISO 14000 en 2001
  • 2005 – Primer auto híbrido vendido en México, el Honda Civic Hybrid 2006.
  • 2007 – Inicia la producción del modelo Honda CR‑V.
  • 2008 – La Planta de El Salto alcanza una producción anual de 200,000 unidades y comienza la fabricación de autos tipo MUV (Multi-Utility-Vehicles, también conocidos como vehículos Side-by-Side).
  • 2012–2014 – Comienza la construcción de la planta de automóviles y motores en Celaya, Guanajuato, (2012); inaugurada en 2014.
  • 2015 – Comienza operaciones la planta de transmisiones CVT en Celaya.
  • 2025 – Inicia la producción de Acura ADX en la Planta de Celaya, primer modelo premium de la marca de performance fabricado en México.
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