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Instituciones del fútbol mexicano ignoraron a expertos en estudios de violencia y sociedad

A lo largo de los últimos 20 años diversos expertos se han acercado a directivos del fútbol mexicano para tratar proyectos de prevención e investigación sobre las 'barras'. El desdén ha sido una constante.

Ciudad de MéxicoActualizado a
Instituciones del fútbol mexicano ignoraron a expertos en estudios de violencia y sociedad
Omar Martinez

La violencia en el fútbol mexicano alcanzó un grado pocas veces visto el pasado 5 de marzo en el Estadio Corregidora, en Querétaro. La gresca generó 26 lesionados, tres de gravedad y, hasta ahora, 25 detenidos a disposición de la Fiscalía estatal. La Liga MX y la Federación Mexicana de Fútbol anunciaron medidas, como la credencialización de los integrantes de los grupos de animación y su veto en condición de visitante, para paliar la crisis. Sin embargo, durante casi 20 años, el fútbol mexicano ha ignorado las opiniones, consejos, acercamientos y proyectos de expertos en estudios sociológicos del deporte y organizaciones de la sociedad civil que han trabajado durante décadas fenómenos sociales como la generación de identidades en torno al fútbol y los distintos tipos de violencia en los estadios. AS ha documentado tres casos.

Fue entre 2006 y 2007 cuando el Dr. Andrés Fábregas Puig, antropólogo y etnólogo que analizó a las Chivas de Guadalajara como un integrador de identidades en su obra Lo Sagrado del Rebaño, libro pionero de la antropología deportiva en México, presentó un proyecto integral a la Federación Mexicana de Fútbol cuyo objetivo era estudiar a las aficiones dentro de sus contextos regionales para explicar el rol del balompié en la construcción de símbolos y, a partir de ahí, entender de dónde provienen las actitudes violentas. "El primer planteamiento era estudiar al fútbol como símbolo de identidad en un país regionalizado. Lo segundo era plantear que la violencia deviene de eso, de los contextos en que viven las regiones. En un país de gran desigualdad social como México y en el que, además, abunda una violencia machista, como la que se vio en La Corregidora. Una violencia machista en un país desigual y con muchos prejuicios hacia quien es diferente", expuso Fábregas a AS. "Pero yo creo que ni lo leyeron", continúa, "no le hicieron mucho caso. Me trataron muy amablemente, eso sí. Me dijeron: “Lo vamos a ver, suena muy interesante. Pero nunca pasó de ahí". 

"Nos dejaron una frase: 'La violencia es algo que pasa en un fin de semana, pero para el próximo ya es otra historia. A mí me conviene que se olvide, así que mejor ya no hacemos nada

Raúl González, Non Violence Project

El proyecto del Dr. Fábregas Puig también incluía la elaboración de un documental y un libro de lujo que incluyera fotografías de archivo e historias de clubes regionales para robustecer al acervo histórico de la FMF. Después de la cerrazón no volvió a haber ningún acercamiento: "Ahí terminó el contacto. Ya no insistí. Me quedé con la impresión de que no tenían ningún interés", aseguró el académico, quien también tocó sin éxito a las puertas de las oficinas de Jorge Vergara, exdueño de las Chivas: "Le mandé mi libro, pero no contestó. Creo que pensó que estaba buscando chamba (ríe). En un segundo intento fue otra persona con una nota mía explicándole que solo quería hablar con él del contenido del libro". Fábregas Puig cita a Salvador Martínez Garza, presidente de la empresa que administró a Chivas entre 1993 y 2002, como el único directivo que apoyó sus esfuerzos.

Tampoco fue atendido el proyecto de Non Violence y Raúl González Martín. El colectivo llevaba casi 10 años investigando los porqués del 'grito homofóbico' y desarrolló una campaña a fín de prevenir futuros conflictos y sanciones para el fútbol mexicano. En 2017, Non Violence presentó su propuesta, que incluía protocolos de prevención de violencia, a Decio de María, entonces presidente de la FMF, y Enrique Bonilla, su contraparte en la Liga MX. Ambos entes desoyeron el plan. "Nos dijeron que en estos temas los medios de comunicación estarían poniendo más atención y, por ende, estarían dentro del ojo del huracán, lo cual nos pareció absurdo. Nos dejaron una frase: 'La violencia es algo que pasa en un fin de semana, pero para el próximo ya es otra historia. A mí me conviene que se olvide, así que mejor ya no hacemos nada”, reveló González a AS. "No sé si de verdad quieren esperar a que haya muertos para empezar a hacer algo", prosiguió González, encargado de los proyectos anti-violencia de Non Violence. "Ahora no son solo campañas lo que se necesita, son temas de logística y operativos. No basta con mandar un mensaje en redes sociales y que la gente vea jugadores abrazados y una bandera blanca".

Instituciones del fútbol mexicano ignoraron a expertos en estudios de violencia y sociedad

La comunicación entre Non Violence y la FMF se rompió después de que no prosperaran las reuniones de 2017. Sin embargo, la organización continúa con sus proyectos y campañas de concienciación ligadas al fútbol, detalla González: "Tratamos de llevar nuestro mensaje a la gente que asiste a los estadios, independientemente de si (las instituciones) nos abren la puerta o no. Es un momento en el que todo mundo suma". González piensa que para lograr un verdadero avance debería haber una sinergia entre todos los actores; el primer paso debió incluir a expertos y a la sociedad civil para analizar lo sucedido en Querétaro y concertar las medidas posteriores: "Era importante que pudieran decir a los dueños que esto está ocurriendo por tales causas y tiene tales curas. No es solo reunirse para pactar un castigo (...) En las ligas paulistas de Brasil, entre 2002 y 2003, se veían este tipo de broncas siempre. Al final lo que se tuvo que hacer es juntar a todos los agentes, jugadores, referees, clubes, federaciones, sociedad civil, gobierno, y entre todos hacer un plan conjunto. Se generó un cambio positivo. La violencia cayó 80%. Ese es uno de los mecanismos que propusimos en 2017".

Alfredo Morales, investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de Coahuila, se ha inmerso en La Komún, la barra de Santos Laguna. Es un miembro activo del grupo, donde es conocido como 'El Profe'. Ya está credencializado y debe portar un abono y una pulsera para ocupar un lugar en la zona del TSM que ocupa La Komún. El académico relató a AS que hace 10 años los líderes de la barra fueron convocados a una reunión con integrantes de la administración del club. Las pláticas no resultaron conforme a lo esperado: "Nos atendió una mujer y empezó a tratarlos con una soberbia que es de sorprenderse. Ellos le pidieron a la señorita que me escuchara y no dio oportunidad para ello. Les dije a los jóvenes que nos fuéramos". "Hubo un colombiano que sabía que estaba integrado a LK haciendo investigación etnometodológica, y me hizo saber que dentro del club las inercias burocráticas son muy decepcionantes; todos se creen jefes y no dejan pasar otras propuestas", abonó.

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Omar Martinez

Para Morales, parte de la solución está en incluir a las barras en los mecanismos de prevención, no excluirlos, ni mucho menos eliminarlos. No obstante, su recomendación no ha encontrado resonancia: "Le dije hace casi un año al director de cultura municipal en Torreón: 'Inviten a los dirigentes de la barra a la implementación de operativos de seguridad. No solo les impongan cosas, denles voz porque ellos en sus festivales y peregrinaciones se organizan e implementan esquemas de orden y seguridad. Ellos tienen códigos de barrio que respetan y sancionan a los que no los acatan". "El club y las presidencias municipales jactan de ser incluyentes y de tener responsabilidad social, pero solo es simulación ante los medios", sentencia el académico, quien lamenta la ausencia de interlocutores estratégicos que abran espacios al diálogo.

Un problema muy complejo

No hay remedios mágicos. La violencia en el fútbol mexicano es paralela a la realidad que vive el país y necesitará de una colaboración en todos los niveles para dar pasos hacia la paz, alertan los expertos. "La sociedad mexicana es muy violenta. Eso tiene una raíz de fondo, que es la tremenda desigualdad social. Eso no se arregla en dos días. Requiere una estrategia muy pensada, con mucha continuidad. Mientras sigamos en este sistema dudo mucho que la situación cambie. Se trata de entender las causas profundas de la violencia", analiza Fábregas Puig. "Hay una frase del académico danés Johan Galtung, que dice: 'Para que la violencia pueda erradicarse en una comunidad, en un lugar, en un país, en una sociedad, debe de pasar la misma cantidad de años que ocurrieron para que se generara. Es posible reducirla, pero tienes que dedicarle el mismo tiempo de lo que te tomó no trabajarla", concluye González.