Grito de auxilio en México

En México vivimos una guerra que no es tan mediática como otras. En México, entre 2018 y 2020 se registraron casi 100 homicidios al día y el escenario no ha mejorado. En México, la semana pasada se fusiló a 17 personas que asistían a un velorio en San José de Gracia, Michoacán, y ocho días después, los cuerpos siguen sin aparecer.

Así pues, lo ocurrido en el Estadio La Corregidora, en la céntrica ciudad de Querétaro, no es un evento aislado, no se trata de una confrontación de barras o grupos de “animación”, en brutal defensa de sus colores.

Lo del sábado en Querétaro es un resumen de los problemas que vivimos a diario en este país. Autoridades que no hicieron su trabajo y permitieron que el partido se llevara a cabo sin policías en las gradas, con todo y los antecedentes violentos. Una Liga que acepta a un promotor, Greg Taylor, como dueño de los Gallos, sin experiencia en el manejo de un club y más interesado en promover y vender jugadores, que en la seguridad de los aficionados. Gobernadores que corren a decir que no ha muerto nadie, cuando no fueron capaces de garantizar la seguridad de las 26 personas seriamente heridas (tres de ellos muy graves) y que ni tratándose de un estadio propiedad de su gobierno, brindaron la seguridad mínima requerida. Por último de civiles que siguen confiando que basta la bondad del pueblo y su buen humor, para resolver todos esos serios problemas con los que se enfrenta a diario.

Así, el futbol mexicano pudo compartir con el mundo, de una forma espantosa, las condiciones en las que viven sus aficionados y otros que no lo son.