¿Por qué el 125 S es el mejor auto en la historia de Ferrari?
Este automóvil marcó un antes y un después en la vida de Enzo Ferrari.
A lo largo de más de 70 años, Ferrari, la marca italiana reconocida por sus grandes súper autos y vehículos de competición, ha creado un gigantesco número de modelos que destacan por su diseño y desempeño; sin embargo, existe un ejemplar que es el mejor de todos.
En 1947, Enzo Ferrari aprovechó la inauguración de su fábrica de Maranello para presentar al mundo su primer Ferrari auténtico: el 125 S.
Este es el mejor Ferrari de todos los tiempos
Dotado de un motor V12, este auto era una declaración de intenciones, ya que no solo fue edificado para competir, sino para ganar.
Precisamente, eso fue lo que hizo en su segunda carrera, el 20 de mayo de 1947, en el Gran Premio de Roma.
Al mando del piloto Franco Cortese, el 125 S completó 40 vueltas al circuito Terme di Caracalla, recorriendo 137.6 kilómetros a una velocidad promedio de 88.5 km/h. Ello, permitió a Ferrari conquistar la primera de sus seis victorias de aquel año.
A pesar de esto, puede decirse que no fue esta victoria, sino su primera carrera, nueve días antes en el circuito de Piacenza, la que puso a la Scuderia en camino de lograr más triunfos en la Fórmula 1 que cualquier otro equipo de la historia. Porque allí, el 125 S sufrió una avería en la bomba y no pudo completar la carrera.
Para muchos sería muy difícil tolerar que un auto que acaba de presentarse al mundo como el rival que hay que derrotar se averíe en su primera carrera.
Pero para Enzo Ferrari, este no fue un momento de desesperación, sino simplemente un “fracaso prometedor”. Había una curva de aprendizaje y este era solo un pequeño capítulo más de su deseo de evolucionar constantemente en la búsqueda inquebrantable de rendimiento.
Por consiguiente, el mejor Ferrari jamás construido fue, en efecto, el siguiente, y en Roma el 125 S cumplió su función.
El auto que marcó el éxito de Ferrari
Actualmente, ese ADN es evidente en cualquier lugar donde haya una insignia del Cavallino Rampante. Es el espíritu del logro ilimitado que fluye desde la planta de producción de Maranello hasta el circuito de Fiorano, dentro del cual aún se encuentra la casa de Enzo, y hacia el mundo exterior.
Esa fe en uno mismo, el deseo de innovar y la necesidad de cuestionarlo todo sin concesiones es tan fuerte en la actualidad en Ferrari como lo fue cuando Enzo fundó su empresa.