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ENTREVISTA | JJOO INVIERNO

Llegó la hora para Donovan Carrillo: "Nervioso, pero emocionado"

El tapatío será el primer patinador mexicano en Juegos Olímpicos de Invierno desde 1992 y culminará el sueño de una vida en Pekín: "Voy a hacer mi trabajo".

Ciudad de MéxicoActualizado a
Llegó la hora para Donovan Carrillo: "Nervioso, pero emocionado"

Donovan Carrillo (1999, Zapopan) ya no es el "niño que patina con música de Juan Gabriel". Así fue como irrumpió el imaginario colectivo. Pero ya no. Hoy, Donovan Carrillo es el primer patinador artístico mexicano que se presentará en una pista olímpica desde que Ricardo Olavarrieta lo hiciera en Albertville 1992. Y, no para pocos, el mejor patinador artístico mexicano de la historia: su clasificación a los Juegos, sus apariciones en los Mundiales de la ISU (2018 y 2021) y sus altos puntajes en competencias internacionales (subcampeón del Philadelphia Summer) avalan la etiqueta.

Pekín 2022 es la consecución de un sueño de vida. Un sueño que empezó hace 14 años y que tomó forma en marzo de 2021, cuando los 204.78 puntos tras el programa largo del Mundial resultaron suficientes para certificar su clasificación a los Juegos. Donovan finalizó aquella competencia en la 20° posición global (de 33 competidores) y confirmó su estadía en la élite de un deporte que no deja de ser una rareza en México. Carrillo ha portado la bandera tricolor a tundras inaccesibles, que antes solo eran territorios de estadounidenses, o rusos, o chinos, o de Yuzuru Hanyu (como desde 2014). El momento ha llegado. A menos de un mes de su estreno olímpico con el programa corto (7 de febrero, 19:30 tiempo del centro de México), al ritmo de Santana y Black Magic Woman, Donovan conversa con AS sobre los nervios y la preparación de cara a su gran noche (o mañana, como la que será en China cuando salga al hielo).

- Antes que nada, ¿cómo estás? ¿Cómo has pasado la pandemia y qué tan difícil fue adecuar el trabajo físico en época de encierro y 'sana distancia?

Ha sido muy desafiante. En 2020, cuando vino todo el encierro, las cuarentenas, fue imposible entrenar en una pista de hielo por varios meses. La última vez que patiné en hielo fue en marzo de 2020. Y no regresé a patinar sino hasta junio, que reabrieron primera pista de hielo en el país, en Monterrey, y a partir de ahí estuve moviéndome, ahora sí que como pulga, a donde estuviera abierta una pista. Finalmente, en octubre, abrió la pista en la que entreno, en León, y a partir de ahí vino la preparación al 100%. Durante los meses en los que no tuvimos hielo, mi entrenador y yo adaptamos el entrenamiento a nuestras posibilidades con lo que teníamos en casa; incluso adquirimos algo de equipo que nos ayudara para seguir entrenando. Compramos un arnés: el entrenador me jala y yo me quedo rotando en el mismo lugar para no perder las sensaciones de cuando hago los saltos. Y así varios ejemplos. Tuve también el apoyo de mi preparador físico a distancia, por zoom, y pude llevar todo el entrenamiento al pie de la letra.

- ¿Cómo fue volver a la pista después de varios meses sin poder pisar el hielo de manera constante? ¿No te sentías oxidado? ¿Llegaste a pensar que habías retrocedido en tu nivel?

Me costó mucho trabajo. Me sentía oxidado en un principio. Sentía como que no era yo. Me hacía falta tener más control en mis movimientos, no tenía la misma precisión para hacer mis giros. Al moverme en el hielo me sentía diferente, raro, como si estuviera aprendiendo nuevamente a caminar. Es algo que nos pasa a todos los deportistas cuando tenemos una lesión que nos impide caminar, algo básico que hacemos todos los días. Tenemos que re-aprender. Fue corto el tiempo de adaptación. Sabíamos que esto iba a pasar, era algo normal. Afortunadamente, pudimos hacer un plan para salir de esta situación rápido y se trabajaron todas las actividades necesarias para estar nuevamente al 100%. Estamos muy bien. 2021 ha sido de mucho aprendizaje. Desde agosto las competencias no pararon y la preparación no fue la excepción. Tuvimos varios campamentos fuera del país para fortalecer la complejidad técnica y artística de los programas con los que estaré participando en Pekín. Es un año que he disfrutado mucho, he crecido como ser humano.

- Eres el primer patinador mexicano en Juegos Olímpicos desde 1992. ¿Qué te hace sentir este hito? ¿Sientes alguna responsabilidad añadida a tus propios objetivos? ¿Aún no te cae el 'veinte' del todo?

Me emociona bastante. Es algo por lo que he trabajado por muchos años junto con mi entrenador. El hecho de verlo tangible finalmente, tan cerca, me emociona, creo que hasta me pone un poco nervioso, pero esos nervios buenos, nervios sanos, que te dan una energía extra. Sé que en Pekín voy a estar compitiendo codo a codo con los mejores patinadores del mundo, los 30 mejores, esto también es algo que me motiva mucho para mis entrenamientos. También es importante resaltar que no pierdo mi enfoque ni mi meta en estos Olímpicos, que es hacer mi trabajo, hacer lo que sé hacer y punto. Esa va a ser la clave para obtener el resultado que busco, porque lo que hagan el resto de competidores es algo que no va a depender de mí, pero sí quiero poner atención en algo que me va a hacer fuerte y un buen competidor en Juegos Olímpicos: hacer mi trabajo.

- ¿Quién es tu mayor inspiración en el mundo del patinaje?

Javier Fernández. Logró cosas importantísimas para España. Mi historia se asemeja mucho a la de él. Viene de un país en el que el fútbol soccer es muy fuerte y los deporte de invierno, no tanto. A pesar de esto logró muchísimas cosas: campeonatos mundiales, campeón europeo, medallista en Juegos Olímpicos (bronce en PyeongChang 2018). Es un gran ejemplo de que sí se puede.

- ¿Cómo es un día de preparación para Juegos Olímpicos? ¿Cómo es tu método actualmente? ¿Cuántas horas al día entrenas en hielo? ¿Cuántas 'off ice'? ¿Haces algún tipo de ejercicio extra como ballet, baile, gimnasio?

La rutina de entrenamiento es muy parecida a la que venía haciendo antes de participar en el campeonato mundial. Es un entrenamiento con diferentes actividades dentro del hielo y fuera del hielo. Dentro del hielo son de tres a cuatro horas en las que trabajamos diferentes aspectos, como saltos, rutinas, giros, filos. De ahí nos vamos a la preparación física, donde se trabaja una hora sumada a otra hora off ice, que es toda la técnica de patinaje fuera de hielo: diferentes ejercicios específicos para preparar los músculos y que estén listos para hacer todos los elementos técnicos. De vez en cuando tengo clases de baile contemporáneo; no solo me ayudan a mejorar mi patinaje, también me distraen, me ayudan a relajarme y a hacer algo diferente, que me guste.

Llegó la hora para Donovan Carrillo: "Nervioso, pero emocionado"

- Eres el primer mexicano en caer un triple axel en competencia. También ya estás cayendo cuádruples. ¿Qué cambios en tu método de entrenamiento, en tu día a día, has implementado para dar ese salto de calidad que te permite ir a la vanguardia en los saltos más complejos que se están intentando en la élite?

Tener una buena guía de entrenador fue el primer paso para lograr estos cuádruples, porque al hacer saltos tan complejos tiene que haber una técnica y ciencia para que pueda funcionar. Ahí también viene un trabajo psicológico muy importante. Preparar ejercicios que te ayuden a fortalecer tu seguridad y tu auto-confianza, porque muchas veces, y lo digo porque me pasó en carne propia, no te salen. Tardé dos años en hacer un triple axel de manera exitosa en un entrenamiento y esto no era porque no tuviera las capacidades, o la fuerza y la técnica para hacerlo, sino porque me faltaba construir la seguridad y la confianza. Una vez que empecé a trabajar esto con mi psicóloga deportiva se dieron cambios muy importantes que favorecieron que yo pudiera lograr este tipo de saltos.

- ¿Cómo fue trabajar con Benoit Richaud en tus coreografías, especialmente con piezas inspiradas en música mexicana?

Fue una experiencia padre. Creo que incluso para él fue desafiante el trabajar en un género al que no está acostumbrado; sin embargo, creo que el resultado final fue bastante bueno. Él y yo tuvimos buen clic con todos sus movimientos y la manera en la que hace sus coreografías. El resultado final del programa corto fue algo que disfruté mucho y que a mi entrenador y a mí nos gustó bastante. Me ha ayudado muchísimo a mejorar mis skating skills (aquellos elementos que no implican saltos ni giros sobre el hielo). Ha sido un entrenamiento bastante completo el que tenemos con Benoit, así que estoy seguro que se va a notar en Olímpicos. Yo ya noto el trabajo y la mejoría.

- Mencionabas a Javi Fernández hace rato. Él se fue a Canadá para obtener mejores resultados. ¿Te has planteado salir del país y entrenar en el extranjero? Ya te has acercado, por ejemplo, con Brian Orser...

En mi caso he visto buenos resultados con mi entrenamiento en mi país y no me he visto en la necesidad de emigrar. Sin embargo, creo que muchas veces se puede aprender yendo una o dos semanas a un campamento, o hacer sesiones por Zoom. He trabajado a distancia con Brian Orser (entrenador de Yuzuru Hanyu, doble campeón olímpico) para dar algunos saltos. Hoy en día, la tecnología nos ayuda bastante a tener la oportunidad de trabajar al mismo tiempo en diferentes ámbitos.

- Finalmente, Donovan, ¿qué crees que hace falta para que el patinaje mexicano obtenga impulso en México? Parece que es cuestión de esfuerzos individuales y no de un colectivo. Estás tú; en mujeres, Andrea Montesinos. Pero hace falta esfuerzo de más gente, ¿no crees?

Creo que hacen falta varias cosas, no solo es una. Creo que hay talento. Existe. Ojalá que más niños y niños se atrevan a probar este deporte. Lo que complica mucho es que también hay muy pocas instalaciones en nuestro país, si lo comparamos con la cantidad de habitantes que hay. Es una cantidad muy baja y además son de difícil acceso, por la cuestión económica. Es un cúmulo de muchas cosas lo que hace que seamos pocos los que competimos por México en el patinaje artístico sobre hielo, pero creo que con mi historia y la de mis compañeras que están avanzando, como Andrea Montesinos y Eugenia Aylen, se va a lograr abrir brecha para las nuevas generaciones. Esperamos motivar a más niñas y niños para que se atrevan a probar el patinaje artístico sobre hielo. Para que, en una de esas, como nosotros, puedan llegar a encontrar su pasión.