WTA FINALS
México se rinde ante Garbiñe Muguruza
La tenista española se convirtió en la gran favorita de los aficionados en Guadalajara y la acompañaron cada momento hasta lograr el título.
Sus palabras finales no podrían ser mejor correspondidas: “No sé qué tiene México que me emociona”. Está claro que a México también le emociona Garbiñe Muguruza. Le emociona su tenis. Le emociona su intensidad. Le emociona su humildad en el trato a los aficionados. Le emociona su genuina emoción al ver la entrega del público. Le emociona verla campeona del WTA Finals.
La raqueta española ha completado una gesta histórica para el deporte de su país. Este miércoles, tras vencer a la estonia Anett Kontaveit por parciales de 6-3 y 7-5, se proclamó campeona del WTA Finals, en la ciudad de Guadalajara. Es la primera tenista de esa nacionalidad en conseguirlo. Pero su viaje de gloria por tierra mexicana ha sido acompañado en todo momento por una afición que superó lo que ella misma imaginaba.
Y no es que desconozca México: en si currículum hay dos títulos en la ciudad de Monterrey. Pero lo vivido en Guadalajara es distinto. Antes de tomar la raqueta para siquiera servir por primera vez, ya tenía a la gente de su lado. Será la similitud de culturas. Será simplemente que ese ángel que tiene le conecta fácilmente con la tribuna. Lo cierto es que la conexión con los fanáticos fue inmediata.
En su debut contra Karolina Pliskova, fue derrotada (6-4, 2-6, 6-7), pero entendió rápido que había ganado algo importante: apoyo. Luego, contra otra checa, Barbora Krejcikova, protagonizó un duelo que levantó a los aficionados de sus asientos. La victoria de la española (2-6, 6-3 y 6-4) se festejó en el Estadio Akron como si hubiera sido de una mexicana.
El clímax de ese romance con los aficionados se alcanzó en el último duelo de la fase de grupos, precisamente contra Anett Kontaveit (6-4 y 6-4). Tras el triunfo que le daba el boleto a Semifinales, Garbiñe Muguruza se puso la camiseta de la Selección Mexicana de Futbol. Si la gente ya estaba de su lado, en ese momento terminó de echárselos al bolsillo.
En Semifinales, contra su compatriota Paula Badosa (6-3 y 6-3), dividió opiniones por momentos. Pero la voz de la tribuna retumbó fuerte tras su victoria: “¡Muguruza, Muguruza!”. La española se ganó el corazón de los aficionados, pero no sólo en la cancha. También fuera de ella supo conectar con cada persona que se aceró a ella.
De camino a los vestidores, infinidad de niñas le buscaron a lo largo de ocho días de competencia. Lo mismo en las canchas de entrenamiento. Para ellas tuvo siempre una sonrisa para la fotografía, un autógrafo, un consejo rápido para luchar por sus sueños de ser tenistas. Como ella. Como la española que ha sido número uno del mundo, que ha ganado dos Grand Slam y que ahora tiene un trofeo de WTA Finals.
Por eso, era natural que el duelo por el título tuviera dos tenistas en la cancha, pero sólo una de ellas en el corazón de los miles de aficionados presentes. Esta vez, se puso la camiseta de México desde su salida a la pista. Ovación inmediata. La bola elevada con la que se agenció el primer set levantó a la tribuna. De pie, se rindieron ante su tenis.
En el arranque del segundo parcial, resbaló en la cancha. Dura caída. Pero a unos metros, los aficionados no pararon de impulsar. “Venga, Mugu”, “Vamos, Garbiñe”, “Dale, adelante”. Y ella concentrada en el juego, sin necesidad de mirarlos, ganó en sus palabras fuerza para levantarse. Más tarde la desesperación parecía desbordarle. De nuevo la tribuna: “Calma, Mugu”, “Tranquila, Garbi”. Si le hacía falta calma, ahí la encontró.
Cuando la pelota de Anett Kontaveit se quedó en la red, Garbiñe Muguruza se tendió de espalda sobre la cancha. Un momento histórico. Inolvidable. Porque ahí, desde el suelo, tocó la gloria. Y la grada, rendida a sus pies. La ola le había acompañado momentos atrás, dando vueltas y vueltas a la tribuna. Pero ahora, era simplemente el más puro reconocimiento desbordado en aplausos interminables.
“Recuerdo cuando estaba en el US Open y me dijeron que Guadalajara tenía la posibilidad de ser la sede del WTA Finals. Yo pensé oh, Dios mío tengo que estar ahí y ahora estamos aquí. Quiero agradecer a todos por darnos la oportunidad a toda Latinoamérica de lograr esto. Para mí es un sueño hecho realidad. Gracias”, dijo Garbiñe Muguruza, aplaudida por miles de personas en la capital del occidental Estado de Jalisco.
“Mi equipo que ha estado conmigo todo este año, sufriendo, llorando, sonriendo, lo hemos conseguido, muchas gracias por estar a mi lado. Y al público porque ha dado la vida aquí. Nunca había jugado con semejante público. Así que muchas gracias por venir. A todos por el esfuerzo de en dos meses haber hecho este súper torneazo. Gracias”, añadió tras inscribir su nombre en la historia.
“No sé qué tiene México que me emocionó”, sentenció. No hay oración en este momento que pueda ser mejor correspondida que esa. Quién sabe qué tendrá Garbiñe Muguruza, que emociona a México.
CAMPEONAS PERFECTAS
Las checas Barbora Krejcikova y Katerina Siniakova llegaron a Guadalajara como máximas favoritas para llevarse la modalidad de dobles en el WTA Finals y respondieron a la expectativa. Cerraron de forma perfecta, con cinco triunfos y se quedaron el título tras superar a Su-Wei Hsieh (China Taipéi) y Elise Mertens (Bélgica), por parciales de 6-3 y 6-4.