El América, un abrazo viendo a otro lado
No hay nada más incómodo que ir caminando por la calle y ver una pareja que se abraza con indiferencia.
Lo sabes cuando la mujer, entrelazada con el hombre y con la indiferencia, está viendo al cielo o hacia otro lado.
El momento es aún peor cuando coincides con su mirada, porque sabes que ella está ahí sin estarlo y sin que la pareja se dé cuenta de que le están dando cariño artificial.
Nada peor que la indiferencia.
Cuando veo al América, me pasa eso. Descubro ese superliderato sin pasión. Ese abrazo pensando en otra cosa…
El grito homofóbico
El futbol, observado con el cristal de aumento de la sociedad, solamente expone la educación de un país más o menos tercermundista.
No es culpa de la pelota que el señor con barriga o el aficionado, bañado en cerveza, sean la síntesis del nivel educativo de una sociedad que, lejos de escaparse de ella misma, mete sus carencias en el futbol.
Al mexicano le dices que no grite, sea lo que sea, y lo grita más fuerte, nada más “por chingar”, porque esa es otra de las maneras de sentirse más.
Pasa que al hacerlo, restan, y así se sienten parte de la ecuación.
Porque en la vida no son relevantes, decidieron ser definitivos en otra faceta: en la de ser Campeones del Mundo en el torneo de lo mononeuronal.
Xavi, ¡XA!
Uno puede ir por la vida negociando el precio de alguna prenda o de alguna mercancía, pero no los valores.
Ronald Koeman, hijo de los principios cruyffistas, fue el más ajeno a aplicarlos, no porque no quisiera sino porque, sencillamente, no los entiende. “Si no te gustan mis ideales, tengo otros”, pareció decir el holandés de cara de muñeco de porcelana sonrojado.
Entonces, Xavi llegará al Barça como alguien que extiende un plano sujetado de las esquinas por los objetos de la mesa.
Luego, indicará la ruta, señalará con cruces los objetivos y aglutinará a la tropa.
Xavi convencerá a los soldados de que no son un simple “es lo qué hay”, les hará saber que tienen un mejor y más alto rango. Luego, les explicará que las contiendas en el campo se ganan desde la refundación de la idea con el entendimiento del tiempo y del espacio…
Xavi puede no ganar nada, porque ya se habrá ganado con su llegada.