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La eterna tragedia deportiva de Afganistán, del bronce olímpico a la incertidumbre

La dolorosa historia de un país continuamente golpeado por la guerra resuena en sus hitos deportivos. Cuando parecía que había llegado la luz (dos medallas olímpicas y triunfos de su equipo de fútbol) los peores augurios han vuelto.

Ciudad de MéxicoActualizado a
La eterna tragedia deportiva de Afganistán, del bronce olímpico a la incertidumbre
Getty Images / Hannah PETERS

"Sin tropas extranjeras no hay supervivencia ni victoria posible; con ellas, tampoco. Es la tragedia de Afganistán, un callejón sin salida", escribió Ramón Lobo en Cuadernos de Kabul. Más elocuente para el día, imposible. Un país condenado, cuyo bucle trágico se repite hasta el infinito. Del reino caído de Zahir Shah a la intervención soviética; la guerra civil entre el gobierno socialista y los muyahidines; la instauración del Emirato Islámico; el régimen Talibán, la intervención estadounidense; los continuos y fallidos intentos por establecer un gobierno republicano estable, siempre amenazado por las milicias talibanes desperdigadas en las montañas del país. Un país 'hermoso, de paisajes azules' y ataúdes de zinc, como reseñó Svetlana Alexiévich en su magistral y desgarrador Los muchachos del Zinc. Ahí, entre la ruta del opio y los trozos de una nación resquebrajada, intentó florecer el deporte. Para ofrecer una sensación de normalidad en un país en el que las personas "están acostumbradas a morirse de guerra antes de que les llegue una enfermedad", relató Lobo. Un campo de fútbol... elemento de la vida en tiempos de paz, rememora Alexiévich sobre su primera toma de contacto en Kabul.

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STRINGEREFE

El fútbol es, discutiblemente, el deporte predilecto de la sociedad afgana, aunque el taekwondo es el que más glorias les ha brindado. Ya volvemos más tarde a ello. A decir verdad, la tradición balompédica del país es centenaria: la Federación de Fútbol de Afganistán (AFF) inició labores en 1922 y logró su admisión a la FIFA en 1948, año en el que un representativo participó, sin demasiado éxito, en los Juegos Olímpicos de Londres, (derrota 6-0 frente a Luxemburgo en duelo preliminar). La AFF fue uno de los miembros fundadores de la Confederación Asiática de Fútbol (AFC, 1954) y tomó parte intermitentemente de procesos clasificatorios a JJOO y Copas continentales. De 1930 a 2002 Afganistán ni siquiera se inscribió para contender en las eliminatorias mundialistas asiáticas previas a los Mundiales FIFA. La turbulenta situación del país impedía cualquier intento de exposición internacional. Las prioridades son otras cuando los tanques de guerra pululan amenazantes por las calles día sí y día también. De 1984 a 2002, la selección de fútbol de Afganistán no disputó un solo partido.

Cuando el Talibán ascendió al poder en 1996, el Estadio Nacional de Afganistán, o Estadio Ghazi, como actualmente se le conoce, sufrió una macabra reconversión utilitaria. De escenario deportivo a campo de ejecuciones públicas. Era 'lo único' que se podía hacer con aquel espacio, ya que la práctica de cualquier actividad considerada como no-islámica había sido prohibida. Las imágenes de los milicianos apuntando sus Kalashnikov a las cabezas de mujeres inclinadas sobre la frontal del área grande dieron la vuelta al mundo a finales de los 90, un documento que advertía de la barbarie que se había instalado en aquella lejana tierra a la que George W. Bush apuntó sus misiles en octubre de 2001; según él, para liberar al pueblo afgano de sus opresores y purgar la amenaza anti-terrorista que se escondía entre aquella serranía añil. Eran los tiempos post-11-S y los remordimientos de conciencia estaban a la orden del día.

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AFF

La intervención estadounidense reactivó al fútbol en Afganistán. Los 'Leones del Khorasan" reaparecieron en 2002, cuando un contingente viajó a Ulsan (Corea del Sur) para tomar parte de los Juegos Asiáticos; Afganistán integró el grupo E, junto a Irán, Catar y Líbano; finalizaron en el último lugar del sector con 32 goles en contra y 0 a favor. Un año después, Afganistán confirmó su reingreso al escenario internacional. "Un elemento de la vida en tiempos de paz". La selección afgana completó su registro para optar a un cupo en Alemania 2006; la primera ocasión en la que la nación participó en una eliminatoria de Copa del Mundo. El resultado fue lo de menos: dos derrotas de 11-0 y 0-2 ante Turkmenistán que tuvieron un atronador impacto simbólico en el pueblo afgano. Donde dos años antes los talibanes aún asesinaban a quienes infrigían la ley sharia, ahora rodaba la pelota y reinaban los aplausos.

Mientras 'Los Leones' intentaban sin éxito clasificar a los Mundiales y Copas Asiáticas (aunque lograban ocasionales victorias en competiciones menores como la AFC Challenge Cup y la SAFF Championship, donde apalearon a Bután 8-1 en 2011), la AFF inauguró en 2012 su particular Premier League, un campeonato de dos meses de duración (septiembre-octubre) y ocho participantes. La idea fue acogida con beneplácito por el Consejo de Paz Afgano, cuerpo perteneciente al Programa de Reintegración liderado por la misión estadounidense, "un esfuerzo para traer estabilidad" a Afganistán. Los jugadores de cada equipo fueron elegidos a través de un reality show. El primer monarca nacional fue Toofan Harirod F.C., que se impuso 2-1 a Simorgh Alborz F.C. en la final. Un año después, Afganistán logró su primer título oficial, cuando sometieron 2-0 a la India en el partido definitorio del SAFF (South Asian Football Federation) Championship, celebrado en Katmandú, Nepal. Los goles de quienes vistieron de rojo aquella noche fueron obra de Mustafa Azadzoy y Sandjar Ahmadi. La luz.

En 2015, Afganistán ganó sus primeros partidos en eliminatoria mundialista. Los resultados de la selección nacional mejoraron a partir de que la FIFA entró en 2013 al territorio con el Goal Project (hoy FIFA Forward), un programa de desarrollo deportivo y financiero. Hasta ahora, FIFA ha invertido 11 millones de dólares en proyectos futbolísticos (academias, clínicas, remodelación de canchas) en Afganistán. Encuadrado el grupo E de la clasificatoria de AFC, junto a Japón, el equipo no tenía opciones reales de pujar por un boleto para Rusia 2018, pero sí compitió con decoro. 'Los Leones' derrotaron a Camboya a domicilio (0-1) y repitieron la dosis cinco meses después en Teherán (FIFA no validó al Estadio Ghazi para acoger los duelos de Afganistán como local). El 29 de marzo de 2016 se despidieron de la competencia con un triunfo pírrico sobre Singapur (2-1), nueve puntos, ocho goles a favor, 24 en contra, y un decoroso cuarto lugar grupal. Camino a Catar 2022, solo reportó una conquista en el sector E de la segunda ronda (1-0 a Bangladesh), pero arrancó un susto a la poderosa y vigente campeona continental Catar (0-1, gol de Afif en la recta final del encuentro, por la vía penal). Con seis unidades, Afganistán ya quedó eliminado de la contienda y deberá esperar cuatro años más por su debut en un Mundial FIFA.

$11,445,000 - total de fondos disponibles

$7,958,551 - total de fondos aprobados desde 2016

Cuatro proyectos aprobados:

Infraestructuras: $2,246,551
Restante: $1 786 449

*Fuente: FIFA Forward.
Cifras en dólares
Datos actualizados al 19 de mayo de 2021

Taekwondo, salvación olímpica

Afganistán había desfilado en las ceremonias de inauguración de 10 Juegos Olímpicos hasta 2000. Su primera aparición fue en Berlín '36. Desde Montreal '76 hasta Sídney 2000 alternó participaciones y declinaciones. Las guerras civiles forzaron su retiro de Los Ángeles '84 y Barcelona '92. El régimen islamista envió a tres atletas a Atlanta '96, aunque solo uno pudo competir: Abdul Baser Wasiqi finalizó el maratón en el último sitio, dos horas después del sudafricano Josia Thugwane, portador de la medalla de oro. Tres años después, el Comité Olímpico Internacional suspendió a Afganistán por las acciones de la tiranía Talibán. Sídney 2000 no echó de menos a la comitiva. La nación fue readmitida en 2002 y cinco atletas la representaron en Atenas 2004; la pequeña delegación afgana fue vitoreada por el público en cuanto desfiló por el Estadio Spyros Louis. Había poderosas razones para la ovación: Robina Muqimyar (atleta de 100 metros planos) y Friba Rezihi (judoca) fueron las primeras mujeres afganas en acudir a unos Juegos Olímpicos.

Y el día llegó. Rohullah Nikpai otorgó a Afganistán la primera medalla olímpica de su historia. Fue en Pekin 2008, cuando derrotó al español Juan Antonio Ramos (excampeón mundial) en el duelo por la medalla de bronce en la categoría 58 kg (la misma que ganó Guillermo Pérez, el primer oro mexicano en los JJOO de China). Cuatro años después, en Londres 2012, repitió la hazaña: atendió al local Martin Stamper (ahora, en 68 kg) para volver a colocar a su país en el medallero con un nuevo tercer lugar. Huelga decir que Nikpai es el deportista afgano más destacado de todos los tiempos. "Espero que esto envíe un mensaje de paz a mi país después de 30 años de guerra", deseó en su primer ascenso al podio.

A las palabras de Nikpai, sin embargo, se las llevó el viento de las montañas del Hindu Kush. La caída del gobierno republicano de Ashraf Ghani, vigilado por EEUU, la reconquista de Kabul y el subsecuente retorno del Talibán al poder (flashback a 1996), impedirán que Afganistán participe en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020. Zakia Khudadadi y Hossain Rasouli, los dos atletas designados para la ocasión, no podrán salir del país debido al cierre del Aeropuerto Internacional de Kabul, a causa de los cientos de miles de personas que se han agolpado para huir del Talibán en cuanto antes. “Esperamos que el equipo y los oficiales permanezcan a salvo durante este tiempo difícil", declaró Craig Spence, portavoz del Comité Paralímpico Internacional. Khudadadi iba a convertirse en la primera mujer afgana en la cita.

En el Equipo Olímpico de Refugiados que el COI presentó en los Juegos de Tokio había tres atletas provenientes de Afganistán: Abdullah Sediq, Nigara Shaheen, Masomah Ali Zada. Las últimas dos, mujeres, abandonaron el país durante su adolescencia. Ali Zada pidió asilo junto con su familia en Francia, debido a la desaprobación de diversos sectores conservadores de la sociedad afgana con su carrera como ciclista; Shaheen optó por refugiarse en la vecina Pakistán y actualmente vive en Rusia.

Si la ausencia de Afganistán de los Paralímpicos de Tokio será un presagio del futuro del deporte en el maltrecho país, solo el tiempo lo dirá. Los importantes triunfos de la última década y media (torneos internacionales, apariciones en Mundiales de cricket, medallas olímpicas, representación femenina en JJOO) podrían quedar solo en el registro. Los antecedentes no son los más halagüeños. "La tragedia de Afganistán, un callejón sin salida".