'Montaña con Causa', salvar vidas en la cima del mundo
Fabrizio Motta, alpinista mexicano, escalará las cumbres más notorias del planeta para apoyar la lucha contra el cáncer de mama en alianza con la Fundación Alma.
Hace tres años, Fabrizio Motta no había subido una sola montaña. Hoy, las montañas no solo son su vida, sino también otorgan a varias mujeres la oportunidad de salvar la propia. El alpinista mexicano abandera la iniciativa 'Montaña con Causa', una forma de apoyar la batalla contra el cáncer de mama al escalar hasta el techo del mundo. En conjunto con la Fundación Alma, Motta, a través de sus incursiones, se encargará de recolectar y canalizar recursos para operaciones y reconstrucciones mamarias; una reconstrucción por cada cima en la que plante bandera. La primera parada será el Chimborazo, el máximo pico de Ecuador y una de las cumbres más significativas del continente americano.
La idea de dedicar sus ascensos a las víctimas del cáncer de mama empezó en 2020, cuando conoció a Rina Gliter, directora de Fundación Alma, camino a la cima del Iztaccíhuatl, misma montaña en la que se enamoró del alpinismo dos años antes. Motta también tenía razones personales: el cáncer se había llevado la vida de varios familiares. "Me movió muchas fibras la historia de Rina, quien también es una sobreviviente de esta enfermedad. Conozco el sufrimiento que causa. Tenía deseos de hacer algo", cuenta el también arquitecto en entrevista con AS. Y es que hay un paralelismo simbólico entre el sobreviviente de cáncer y el alpinista que ha conquistado la cima del mundo, desarrolla Motta: "En la montaña y en el cáncer tienes que ir paso a paso, sorteando retos y dificultades. Pasas por muchas cosas, muchas adversidades, mucho sufrimiento. Es una mentalización de día con día, hora a hora, hasta vencer".
Del 10 al 17 de junio, Motta escala las montañas más altas de Ecuador y concluirá su gira en el Chimborazo, la primera que subirá 'con causa'. Antes, el alpinista de 47 años se habrá enfrentado al Illiniza Norte, Cotopaxi y Cayambe. Actualmente, Motta cuenta con tres patrocinadores para sus ascensos; al conseguir la meta, las empresas liberan los fondos y Fundación Alma se acerca a las mujeres interesadas en el tratamiento y les proporciona todas las facilidades. "Los patrocinadores financian la reconstrucción. En Fundación Alma buscan a las mujeres y les dan la oportunidad. Ellos tienen un cuerpo de doctores especializados que les brindan atención permanentemente", explica Motta.
El plan de Motta es completar el 'Seven Summits', las montañas más altas de cada continente (contando dos en América y el Vinson, de la Antártida). En agosto comenzará con el reto en el majestuoso Monte Kilimanjaro, en África, hasta coronar la hazaña en el Everest, en 2023, a tiempo para su cumpleaños 50. "Buscaremos que el 'Seven Summits' sean 'con causa', también. Mientras más patrocinadores se sumen, más montañas subiré", desea.
Motta, afortunadamente, no ha sufrido de ningún tipo de cáncer en carne propia, pero sí debió hacer frente a los estragos del COVID-19. No una, sino dos veces. "La primera fue en marzo de 2020. Bajé 12 kilos de masa muscular. Los doctores me decían que jamás iba a volver a subir otra montaña, porque el 90% de los casos de COVID quedan con afecciones cardíacas o pulmonares. Me hice estudios y salí perfecto, aunque los doctroes tenían sus reservas. La segunda fue en noviembre", relata. A partir de entonces ha hecho 20 ascensos y no requirió de una terapia específica de rehabilitación: "Al mes que me detectaron COVID por primera ocasión, ya estaba subiendo el Pico de Orizaba. Ese fue el reto que me puse. Me dicen que no puedo, ok, entonces voy a subir la montaña más alta de México".