Mazda: 100 años creando emociones
En este 2020, Mazda está de manteles largos al festejar su centenario. Jujiro Matsuda fundó la marca con una empresa dedicada a la producción de productos derivados de corcho.
De la misma manera que sucede con muchos fabricantes de automóviles con una trayectoria de más de un siglo, los comienzos de Mazda no estuvieron ligados en nada a la manufactura de vehículos, puesto que la empresa, que incluso llevaba otro nombre, se dedicaba a la elaboración y comercialización de un producto sumamente extraño si lo comparamos con los autos.
El origen
Esta situación hizo que, en 1927, la compañía diera un giro radical a lo que estaba acostumbrado manufacturar, ya que, en lugar de elaborar productos a base de corcho, se dedicó a la producción de máquinas y equipos industriales. Esto trajo consigo que el nombre de la empresa dejara la palabra Cork, para solo llamarse Toyo Kogyo Company.
Una vez enfocado en el nuevo rubro, Jujiro Matsuda decide ir más allá de la elaboración de maquinarías y aparatos, e inicia sus pininos en la producción de motores. Justamente en 1929, crea un motor a gasolina de 250 centímetros cúbicos, mismo que un año después sería la base de una motocicleta prototipo. A la postre, esta moto conceptual sería comercializada en Japón, logrando vender de inmediato 30 unidades.
Ante el éxito que tuvieron estos vehículos y los buenos resultados en la producción de máquinas, en 1931, meses después de la construcción de una nueva planta en Hiroshima, Toyo Kogyo Company comenzó la manufactura de motocicletas de tres ruedas dotadas de una caja de carga (con capacidad de 200 kg). Este primer modelo Type-DA conocido como Mazda-go registró la venta de 66 unidades.
Movilidad en cuatro ruedas
No obstante que este tipo de motocicleta que desencadenó el desarrollo de varios modelos fue un éxito rotundo durante toda la década de 1930, principalmente porque era fácil de maniobrar y permitía transportan mercancía, el espíritu visionario de Jujiro Matsuda hizo que de nuevo la compañía fuera más lejos, esta vez incursionando en el mercado de los automóviles.
Esto trajo consigo que, en 1940, la empresa creara un prototipo de un automóvil pequeño, sin embargo, la Segunda Guerra Mundial, especialmente la bomba atómica que destruyó Hiroshima, hizo que los planes quedarás suspendidos por varios años. Luego de salir delante de la tragedia y retomar el proyecto, en 1960 sale a la venta el primer vehículo de pasajeros de la compañía: el MazdaR360 Coupé.
Años más tarde, es decir en 1969, además de ofrecer una amplia gama de modelos, se sumó una auto virtuoso, el Cosmo Sport 110S, un auto que además de salvarle la vida a la compañía, la consolidó en el automovilismo, ya que el mismo tipo de motor hizo que Mazda se convirtiera en la primera marca japonesa en ganar las 24 Horas de Le Mans.
Siguiendo los pasos de este icónico modelo, en 1978, Mazda creó el RX-7, un auto que dejó en claro el espíritu deportivo de la marca y que sería replicado en los modelos subsecuentes, como es el caso del MX-5, el auto convertible más vendido del mundo.
¿Qué más quieres saber de Mazda?
¿Por qué Mazda?
Pero a todo esto, ¿en qué momento los autos de la empresa fundada por Jujiro Matsuda se empezaron a llamar Mazda y por qué? Primero, hay que mencionar que la palabra proviene de Ahura Mazda, el dios de la armonía, la inteligencia y la sabiduría de la civilización más antigua de Asia occidental.
Al día de hoy
Bajo estos antecedentes, Mazda ha logrado conjuntar a la perfección el concepto de movilidad para el día a día con la deportividad, misma que es compuesta por la sensación de manejo y el diseño.
Esa grata impresión de manejo, que vas más allá del poder, y la atracción visual que causan los modelos de Mazda, que incluye sedanes, hatchbaks, camionetas y un convertible, está acompañada de agraciados interiores compuestos de diseños interesantes y calidad materiales que están por arriba de lo que ofrecen sus competidores.
Encima de esto, un punto característico y clave que se puede encontrar en cada uno de los ejemplares de la marca es la posición de manejo. Una vez que se está al volante, la sensación es de integración al vehículo, ejemplificando lo anterior, es como si el vehículo fuera hecho a la medida de quien lo maneja.
Aunque esta sensación de esta integrado al vehículo pudiera ser exclusiva de un deportivo nato como el MX-5, Mazda ha logrado que se perciba en cada uno de sus modelos, es decir, en el Mazda2, Mazda3, Mazda6, CX-3, CX-30, CX-5 y CX-9.
Si a este efecto de integración hombre-vehículo, se suma el trabajo de ingeniería en los componentes mecánicos, la dinámica de conducción que ofrecen los ejemplares de la marca japonesa también está por arriba de los que ofrecen sus competidores.
Todo lo anterior hace que Mazda, sin ser una marca de premium como tal, ofrezca en sus modelos elementos premium, lo que permite que sobresalga, por mucho, de sus competidores directos.