Lo bueno lo malo y lo feo de la semana 11 de la NFL
Difícilmente se verá algo más grotesco el resto de la temporada que el incidente que protagonizó Myles Garrett el pasado jueves.
Lo bueno
Este espacio semanal bien podría llamarse lo Lamar Jackson, lo Jameis Winston y lo feo de la semana, pero resultaría sumamente repetitivo.
En cambio, el 11er domingo de temporada regular nos regaló algo que no se ve todos los días, un regreso espectacular de la mano de, nada menos, Kirk Cousins.
Abajo 20-0 a inicios del tercer cuarto y 23-7 de cara a los últimos 15 minutos de acción, los Vikings evitaron una de las mayores sorpresas de la temporada en casa ante un equipo mediocre, por decir lo menos, como lo son los Broncos.
Cousins brilló cuando el equipo más lo necesitaba y eso es algo que no se puede decir todos los días de un quarterback que se ha acostumbrado a desaparecer cuando la presión aumenta. Sin embargo, el hombre de los 84 millones de dólares garantizados dio una nueva muestra de que la 2019 no se ajusta a su estereotipo.
Cousins comandó series de touchdown en sus cuatro ofensivas de la segunda mitad y coronó tres de ellas con envíos de seis puntos. Sí, de acuerdo, Denver no juega a mucho, y aunque no tiene mucho que perder de todas maneras pierde. Pero eso no es argumento suficiente para restarle el mérito que merece el quarterback de los Vikes.
En la segunda mitad, Cousins completó 18 de 23 pases para 251 yardas y tres envíos de anotación -de 10, 54 y 32 yardas- después de que en la primera mitad el pasador de Minnesota tuvo 11 de 12 completos para apenas 68 yardas.
También vale darle el crédito que merece al coach Mike Zimmer por revivir a un equipo que parecía sentenciado y que ahora mantiene control de su propio destino de cara a la postemporada en la NFC.
Menciones honoríficas a Jackson y a Josh Allen, de Buffalo.
Lo malo
El Jameis Winston de la semana bien podría pertenecerle a, nada más y nada menos que a Jameis Winston, pero estamos intentando darle un poco de variedad aquí. Pero Kyle Allen se esforzó en hacer su mejor imitación del pasador de los Bucs.
Allen no solo lanzó cuatro intercepciones el domingo y acumula nueve en sus últimos cuatro partidos después de iniciar la campaña sin entregar balones en sus primeros cuatro juegos de la temporada, sino que sus cuatro pérdidas fueron ante unos Falcons que acumulaban apenas dos intercepciones en todo el calendario y colocaron a los Panthers en una complicadísima posición en cuanto a los standings de playoffs.
Allen tuvo un día miserable ante unos Falcons que entraron al juego como la 28va defensiva de toda la NFL. Completó 31 de 50 pases para 325 yardas y cuatro intercepciones y llevó a los Panthers a un espectacular total de tres puntos ante un equipo de Atlanta que parece completamente distinto en sus dos encuentros posteriores a su semana de descanso.
Para Carolina no solo es preocupante el creciente número de errores de su joven pasador, sino el hecho de que con 5-6 las esperanzas de football en enero están cada vez más lejos.
En tanto, Allen podría estar viendo como se le escapa a posibilidad de adueñarse de la titularidad de los Panthers a largo plazo, pues sus últimas actuaciones podrían ser suficientes para forzar a la gerencia a reconsiderar retener al endeble Cam Newton y su gordo contrato una vez que esté saludable.
Lo feo
A estas alturas, ya todos vieron las vergonzosas imágenes del jueves en las que Myles Garrett le arranca el casco a Mason Rudolph y después lo golpea en la cabeza con el mismísimo objeto diseñado para protegerlo.
A estas alturas, ya todos saben que el defensive end está suspendido por el resto de la temporada. Y le salió barato porque Garrett demostró con el casco la misma puntería que Rudolph con el balón. Un golpe certero, con la fuerza que tiene Garrett pudo -sin ningún problema- terminar en tragedia. En especial si se toma en consideración la impactante conmoción que sufrió el pasador de Pittsburgh el mes pasado ante Baltimore.
Si Rudolph inició o no la trifulca (no lo hizo, por cierto) y si eran 2 contra uno (no lo era, DeCastro nunca lanza un golpe y se dedica a intentar contener), pasa a segundo plano. Las acciones de Garrett son injustificables, vergonzosas y algo que nunca más deberíamos de ver en un emparrillado.
Myles Garrett es el villano de moda en la NFL y en el mágico mundo de los memes, y con justa razón. Pero el coach de los Steelers Mike Tomlin también debería ser objeto de buena parte de la responsabilidad por poner a su quarterback en tal situación. Es tercera y 26 con 16 segundos restantes y abajo 21-7. Pon rodilla al suelo, cambia la maldita página y no expongas a nadie. ¿Qué esperabas, sacar una jugada de 15 puntos para ganar el juego?
A consecuencia de la imprudencia de Tomlin, el equipo perdió a su líder (Maurkice Pouncey, por si alguien tenía la duda) y casi pierde a su segundo quarterback del año, a manos de un jugador que no debería tener el privilegio de pertenecer a la NFL.