La historia de Hakeem Al-Araibi, el futbolista bareiní refugiado
Al-Araibi fue detenido el 27 de noviembre de 2018 en Tailandia, a donde había viajado junto a su esposa para su luna de miel. Se le acusa de vandalizar una estación de policía.
Era 2012 y Al-Araibi jugaba para Al-Shabab, club de la Liga Premier de Bahréin. Sus aptitudes lo habían llevado a la Selección Sub 23 de su país. Sin embargo, el reino afrontaba tiempos convulsos. Los remanentes de la 'Primavera Árabe' aún resoplaban con fuerza, en protesta por la ausencia de derechos civiles y estándares democráticos en la nación regida por una monarquía suní. El tsunami que recorrió el Mundo Árabe, que depuso a los gobiernos de Túnez y Egipto e inició brutales revoluciones en Siria y Libia, llegó a Bahréin para golpear con su oleaje al sistema político liderado por el rey Hamad bin Isa Al Jalifa. La Plaza de Perla de Manama se convirtió en el cuartel de los manifestantes y en el corazón de las protestas. Un régimen suní, amenazado por la población chií. Al-Araibi se mostró favorable a las protestas y se sumó a las críticas contra el régimen. La represión gubernamental llegó al fútbol, no obstante. Al-Shabab fue disuelto por la Federación de Bahreín, por considerarla un "foco de agitación chíi", según un reportaje de James Montague publicado en la revista The Blizzard. Por más de un año, no hubo fútbol en Al-Shabab. Cuando se reactivó el equipo, en 2012, la amenaza se cernió sobre Al-Araibi mismo.
Exilio en Australia
[1/2] Hakeem al-Araibi is on his way home to his wife and family.
I want to thank all Australians for their support in achieveing this outcome. We are grateful to the Thai Government and thank them for the way they have engaged with us to enable Hakeem to return to Australia. pic.twitter.com/PfrMhmDB0z