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Benzema oficia de figura y reabre el debate

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La realidad conspiró contra el Madrid en Balaídos, pero el equipo se resistió de tal manera a los problemas que derrotó al Celta con una facilidad inesperada. En términos objetivos, el partido le pintó feo. Bajas antes del encuentro (Carvajal, Varane, Marcelo), tres lesionados en el campo (Casemiro, Reguilón y Nacho) y un buen equipo enfrente. El Madrid terminó la noche con una defensa integrada por Odriozola, Javi Sánchez, Sergio Ramos y Lucas Vázquez. En el medio campo, Ceballos ofició de mediocentro durante una hora. De Gareth Bale no hubo noticias durante todo el partido. Pareció tan destemplado que jugó con guantes. Sin embargo, el Real Madrid despreció las adversidades y encontró la manera de ganar. Encontró al mejor Benzema en mucho tiempo.

En sus mejores noches, Benzema es un jugador de mucha clase que ayuda a mejorar las prestaciones del equipo. No se le tiene por un futbolista que gana los partidos por su cuenta, ajeno al rendimiento general de sus compañeros. En Balaídos fue otro Benzema. Se elevó tanto sobre los demás que decidió el signo como las grandes estrellas, con varias genialidades y una contundencia que no suele asociarse al delantero francés.

Benzema acaba de atravesar una racha preocupante. Ni anotaba goles, ni marcaba diferencias en el juego. Se estancó con cuatro goles en los tres primeros partidos y salió entre silbidos en alguna ocasión. Nunca su titularidad ha estado tan asegurada. Se fue Cristiano Ronaldo y llegó Mariano, que no es lo mismo. Sin un relevo convincente, se achacó el escaso rendimiento de Benzema a la ausencia de pugna por el puesto. Sin competencia, el colmillo se ablanda.

Lopetegui nunca le cuestionó. Por lo tanto, no se puede hablar de fricción con el técnico. En las mismas condiciones que en la etapa anterior, Benzema ha irrumpido como si fuera un jugador nuevo. Con Solari marca goles y destaca. En Plzen fue el mejor del equipo. En Vigo maravilló. Son las cosas de Benzema. Por ahí reside el problema, que es de confianza. Esta versión de Benzema no encontrará una sola crítica en la hinchada, por mucho que el jugador francés siempre ha movido a la discusión.

La cuestión es de otra naturaleza: ¿será capaz Benzema de alargar su estado de gracia una temporada completa? Hasta ahora no lo ha conseguido, pero en Vigo destacó tanto y jugó con tanta seguridad que resultó imparable. Su decisiva contribución explica mejor que cualquier otro análisis la contundente victoria del Real Madrid. Ayudaron otros factores, por supuesto: Courtois intervino poco, pero dejó un paradón en el momento más inquietante del partido, Sergio Ramos dominó a Maxi Gómez y a Iago Aspas, Modric levantó y Ceballos, que ha adelantado a Isco en la rotación, respondió más que bien.

Resaltó al final una vieja cualidad del Madrid. Sin mucho juego, se agarró como una lapa al partido y no lo soltó. No lo había hecho casi nunca esta temporada. En Balaídos desestimó todos los percances que sufrió y funcionó con buen ánimo. Por ahí se empieza.