W Deportes
NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

El clamoroso feo de Gareth Bale y la ocasión de fichar a Eden Hazard

Más allá de la sequía. La incapacidad realizadora en los últimos cuatro partidos del equipo de Lopetegui, ahora medida en minutos para hacerla parecer incluso más pronunciada, no debe ocultar el increíble feo de Bale a su equipo. En el argot se le llama borrarse a pedir el cambio por unas molestias, no salir del campo para tirar una falta al borde del área, no disputar los últimos diez minutos cuando, en teoría, eres el gran referente ofensivo del equipo y rematar diciendo que te vas con Gales. Si ya juega contra España rozaría lo ofensivo. No critico que le tire más su selección, pero es evidente que el Madrid nunca fue un sueño para Gareth. Su desapego, que hizo patente tras la final de la Champions, pesó menos que su chilena en Kiev. Tras aquella estampa hubiese sido un momento perfecto para devolverle a la Premier, al mismo precio que costó, y traerse a Hazard.

En el Madrid ya lo sabían. El belga se ha pasado todo el verano mandando mensajes al Real Madrid para que hiciese el esfuerzo de ficharle. Ha utilizado por vía directa a Courtois, por la indirecta a su seleccionador, Roberto Martínez. No se trata de ser ventajista porque ahora sea el Pichichi de la Premier, pero hubiese sido una inyección de ilusión para una afición que había perdido a su referente de la última década y al entrenador de las tres Champions consecutivas. Sobre el papel, Bale tiene más gol, pero también una querencia a lesionarse de las formas más misteriosas. El galés sueña con volver a la Premier y el belga con jugar en el Madrid. Los goles en las finales de Champions han cambiado tantos proyectos en la historia reciente del Madrid, que casi asusta.

Mbappé, para tirarse de los pelos. En cualquier caso, el hombre que mejor decodifica el modelo deportivo de Florentino, que ahora lidera José Ángel Sánchez, me insiste que el Madrid no va a salirse de su ecuación y sólo haría una inversión desproporcionada por un jugador que tuviese un impacto deportivo y en la cuenta de resultados, o sea Mbappé o Neymar. Al joven delantero francés se le tuvo a tiro, pero en el PSG se sabía indiscutible y en el Madrid, con la BBC por delante, no lo veía tan claro. Ahora ya hasta le discute el cetro de su equipo al brasileño.

Una odiosa comparación. No hay comparación más perversa en cualquiera de ambos sentidos que la de Lopetegui con Benítez. No hay más que comparar la plantilla que tenía el Madrid de Rafa y la que tiene ahora. Pero puestos a jugar a las comparaciones, conviene recordar que Benítez estaba cesado en el Valencia en el descanso de un partido ante el Espanyol y acabó haciendo campeón a ese equipo. El fútbol fue siempre volátil. La novedad es que ahora es también histérico.