Un Madrid de contrariedades
Un Madrid de contrariedades solventó la delicada visita a Girona tras un primer tramo del partido en el que se vio superado. Fue un equipo muy largo, castigado por los desarreglos de Casemiro (diez balones perdidos) y Kroos como doble pivote y las concesiones de Marcelo y Ramos a Portu en el perfil izquierdo. Nunca acabó de digerir los desplazamientos verticales del Girona que tanto daño le hicieron la temporada pasada. Borja García, Portu y Lozano se descolgaban en posiciones interiores entre la zaga y la medular blanca sin que los de Lopetegui repararan en una solución clara.
La temeridad en forma de penaltis del equipo de Eusebio espabiló la reacción del Madrid, más individual que colectiva. A partir de Isco, deficiente en el primer tramo del encuentro, y los apoyos de Asensio y Benzema se encontró en las transiciones y se estableció en campo del Girona. Tuvo el 30% de su posesión en el último tercio del campo. Isco se entendió con Bale (10 pases le dio), diferencial al espacio y en el uno contra uno. El galés terminó por desenredar un triunfo de un Madrid todavía en construcción.
Isco, desde atrás
El malagueño irrumpió en el área del Girona en diversas ocasiones y finalizó dos jugadas, aunque careció de pegada. El Madrid necesita aún más las incorporaciones de los centrocampistas al no estar ya Cristiano.