Oblak no se toca. El Atlético ha conseguido en los últimos años retener a sus principales futbolistas. Recuerdo que una temporada era Agüero el que se iba a ir al Real Madrid, se habló de Forlán, de Falcao, ahora de Griezmann y de Oblak… No sé muy bien cómo lo harán Cerezo, Gil Marín y los rectores del Atlético pero es complicado que un gran jugador abandone el club. Se fue Diego Costa por un buen dinero, luego Filipe, pero volvieron añorando este club. Oblak ha estado en boca de todo el mundo este verano. Se iba a ir al Chelsea, al Liverpool, al Real Madrid… y de momento sigue de rojiblanco. Griezmann tenía los pies en el Barcelona, antes en la Premier, ahora existe el rumor de que el Madrid prepara 200 millones para llevárselo…
Es la historia del Atlético, de su afición, se lleva casi en los genes: sobrevivir entre los dos grandes y a la misma vez darles guerra. No es sencillo y el Atlético actual es un club ganador, respetado y en el que los futbolistas importantes quieren jugar. Tiene tres campeones del mundo en sus filas, la final de la próxima Champions será en el Wanda Metropolitano, es campeón de la Europa League, jugará la final de la Supercopa de Europa ante el Real Madrid y ha formado posiblemente la mejor plantilla de su historia. Esto es el Atlético ahora. A muchos, incluso aficionados del propio Atlético, les pesa. Allá ellos. La mayoría de los hinchas rojiblancos disfrutan con Griezmann, Costa, Koke, Saúl y compañía. Oblak no se toca. De momento sigue en el Atlético.